Telegestión: la clave para las ciudades inteligentes y sostenibles
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¿Has oído hablar de la telegestión ? ¿Y te has parado alguna vez a pensar en la cantidad de energía que consumen las ciudades y cómo se gestiona su demanda energética? La realidad es abrumadora: según las Naciones Unidas, las urbes devoran cerca del 78% de la energía mundial y son responsables de más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Un panorama que podría complicarse aún más cuando miramos al futuro: en 2050, cerca del 70% de la población mundial residirá en zonas urbanas frente al 57% actual.
Desde el alumbrado público hasta la gestión del agua, la recogida de residuos o el transporte, la energía es el motor que impulsa el desarrollo de las ciudades. Y, con el crecimiento demográfico que están viviendo las ciudades y su constante desarrollo económico, la demanda energética no deja de crecer, lo que plantea un reto hercúleo.
¿Cómo podemos optimizar la eficiencia y reducir el consumo energéticos a la vez que minimizamos el impacto ambiental? ¿Qué soluciones se están adoptando para gestionar de manera inteligente los recursos de las urbes y disminuir su huella de carbono?
Entre las muchas tecnologías que se interrelacionan para conseguir estos objetivos, la telegestión se ha convertido en una de las opciones más disruptivas y prometedoras. Con ella, estamos transformando la forma de gestionar la energía en nuestras urbes abriendo las puertas a un futuro más sostenible e inteligente.
¿Quieres saber cómo la telegestión y los contadores inteligentes están impulsando la transición hacia las denominadas ciudades inteligentes, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y la eficiencia de empresas y servicios? Pues sigue leyendo, te contamos todo sobre la telegestión.
Telegestión: qué es y cómo funciona
La telegestión es un sistema que permite el control, monitorización y mantenimiento a distancia de dispositivos y redes de servicios públicos, como electricidad, agua, gas o alumbrado, entre muchos otros.
Según el Reglamento Unificado de Puntos de Medida desarrollado por la Unión Europea, es “un sistema de medida y comunicación bidireccional entre los contadores y las distribuidoras eléctricas que permite el acceso remoto a los contadores de energía eléctrica (...) posibilitando el intercambio de información y actuaciones entre los sistemas de las empresas y los contadores eléctricos.”
De este modo, la telegestión permite acceder de forma remota a los contadores, leer el consumo en tiempo real, gestionar la energía y controlar la potencia demandada y contratada. Incluso, puede conectar o desconectar suministros a distancia. Todo esto con las máximas garantías de seguridad e integridad.
Para que esta interconexión sea posible, el sistema se basa en la recopilación de datos en tiempo real a través de sensores y dispositivos de transmisión, que se envían a un centro de control donde se procesan y analizan mediante algoritmos avanzados y herramientas de inteligencia artificial, para tomar decisiones que optimizan el funcionamiento de las instalaciones. Es como tener un equipo de expertos trabajando sin descanso para asegurar que cada vatio de energía se utiliza de la manera más eficiente posible.
Elementos clave de la telegestión
¿Cómo funciona realmente la telegestión? ¿Qué hay detrás de esas decisiones que la tecnología puede llegar a tomar por nosotros? Para que el sistema pueda cumplir con su labor, este debe estar compuesto por varios elementos trabajando en perfecta armonía.
En el corazón del sistema están los contadores inteligentes, dispositivos que son mucho más que simples medidores: son los ojos y oídos del sistema. Miden el consumo de energía, agua o gas en tiempo real, permitiendo monitorizar el uso, detectar anomalías e, incluso, generar informes detallados.
Sin embargo, como hemos dicho, los contadores inteligentes no trabajan solos. Necesitan una red de comunicación robusta y otras tecnologías para enviar todos esos datos al centro de control, el cerebro de toda la operación. Estos componentes son:
- Dispositivos de transmisión. Son los encargados de transmitir los datos recopilados por los sensores al centro de control a través de redes de comunicación inalámbricas o cableadas.
- Centro de control. Como hemos dicho, es el cerebro del sistema de telegestión, donde se reciben y analizan los datos recopilados en un software de gestión, el cual se encarga de procesar y analizar la información recibida. Además, es aquí donde se toman las decisiones que optimizan el funcionamiento de las instalaciones y se envían instrucciones a los dispositivos remotos.
- Actuadores. Son los “músculos del sistema” al ser los encargados de ejecutar las decisiones tomadas.
- Interfaz de usuario. ¿Y cómo intervenimos los humanos en todo este sistema? Lo hacemos a través de unas interfaces de usuario intuitivas que nos permiten visualizar y controlar el consumo energético.
- Base de datos. Toda la información que utilizan estos sistemas se almacena en bases de datos seguras. Una seguridad que es crucial en la telegestión, por lo que se implementan rigurosas medidas para proteger tanto nuestros datos como la integridad del sistema.
¿Qué proporciona la telegestión? Beneficios
Ahora que conocemos los elementos que la posibilitan, te estarás preguntando: ¿qué ventajas nos aporta realmente la telegestión? ¿Son realmente tan importantes como para invertir en ella? ¿El retorno de la inversión que están haciendo las administraciones públicas es tan elevado como para continuar apostando? Lo cierto es que las ventajas de la telegestión son muchas y muy interesantes.
La telegestión, en primer lugar, es el sistema que habilita la gestión inteligente y optimizada de infraestructuras y servicios de cualquier ciudad u operadora. Con ella, las compañías de servicios mejoran su eficiencia operativa, reduciendo pérdidas, optimizando la red y mejorando la atención al cliente o al ciudadano. Y todo al mismo tiempo.
Gracias a ella, empresas responsables de la gestión de servicios públicos como, por ejemplo, el agua, electricidad o gas se anticipan a incidencias y averías mediante la monitorización en tiempo real, lo que supone un ahorro en términos económicos y de tiempo de intervención. En el ámbito energético, la telegestión también facilita la integración de las renovables y la generación distribuida, acercándonos a un futuro más sostenible.
Pero su impacto va más allá y nos afecta directamente. ¿Recuerdas esas facturas estimadas que a veces nos daban dolores de cabeza? Con la telegestión, son cosa del pasado. Ahora disfrutamos de una facturación precisa y transparente, detectando consumos anómalos que nos alertan sobre fraudes o fugas. ¿Cuál es el resultado? Facturas más bajas y menos daños medioambientales.
Estos beneficios redundan en nosotros, como ciudadanos y como sociedad, quienes tenemos más control sobre nuestros gastos y podemos adoptar hábitos de consumo más eficientes al tener acceso a información detallada sobre nuestros patrones de consumo.
Este tipo de ventajas juegan un papel crucial en el desarrollo de las ciudades inteligentes. Gestionar la energía de forma más inteligente, mejorar los servicios públicos, fomentar la participación ciudadana y promover una planificación urbana sostenible están al alcance de nuestra mano gracias a la telegestión.
¿Dónde se aplica la telegestión? Ejemplos prácticos
La telegestión está revolucionando la gestión de recursos en ciudades de todo el mundo, y los resultados son impresionantes. En Valencia, por ejemplo, ha logrado algo que parecía imposible: reducir casi a cero los robos de cable en el alumbrado público, mejorando la seguridad ciudadana y ahorrando en mantenimiento y reposición de material.
Mientras tanto, en Granada, el Ayuntamiento ha dado un paso adelante en eficiencia energética con la aplicación de sistemas de telegestión tras la renovación de la iluminación del centro con tecnología LED. Una inversión que les permitirá reducir el consumo eléctrico hasta el 56%, lo que supondrá 14.184 toneladas de petróleo menos y dejar de emitir a la atmósfera 41,24 toneladas de CO2.
Salamanca nos ofrece otro ejemplo. Gracias a la telegestión, el consumo anual de agua ha caído en 527 metros cúbicos por hectárea, a pesar de que las zonas verdes han crecido en 141.000 metros cuadrados desde 2019.
En ciudades como Barcelona, Amsterdam y Oslo, la telegestión se está aplicando en los puntos de recarga para vehículos eléctricos, con el objetivo de monitorizar su estado en tiempo real, optimizar la distribución de energía e, incluso, informar a los usuarios sobre la disponibilidad y el tiempo de recarga restante.
Estos ejemplos nos muestran cómo la telegestión está transformando nuestras ciudades, haciéndolas más resilientes, eficientes, sostenibles e inteligentes . Y lo mejor es que esto es solo el comienzo. ¿Te imaginas cómo serán nuestras ciudades en el futuro gracias a esta tecnología?
Un futuro hiperconectado gracias a la telegestión
Estamos en el umbral de una revolución urbana. Las ciudades inteligentes ya no son un concepto futurista. Son una realidad que se está construyendo hoy mismo, ante nuestros ojos. Y, en el epicentro de esta transformación, la telegestión es el pilar de un futuro hiperconectado, donde cada elemento interactúa con otros en perfecta sintonía al servicio de las personas y del planeta.
Ciudades que optimizan sus recursos, aprovechan al máximo las energías renovables y son tan eficientes como sostenibles. Este no es un sueño lejano, es el futuro que estamos creando.
En convergencia con otras tecnologías como el Internet de las Cosas (IIoT), el 5G, el Big Data y la Inteligencia Artificial, la telegestión está abriendo un abanico infinito de posibilidades. Juntas, prometen revolucionar la gestión de recursos, mejorar nuestra calidad de vida y construir ciudades más resilientes y sostenibles, en sintonía con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 de las Naciones Unidas.
Este camino hacia un futuro hiperconectado no está exento de desafíos y plantea retos en ámbitos tan importantes como la seguridad y la privacidad. Pero, lejos de ser obstáculos, son oportunidades para innovar y mejorar.
Estamos ante el inicio de una nueva era urbana, donde la tecnología y la sostenibilidad van de la mano, así como donde la eficiencia y la calidad de vida no son conceptos opuestos, sino complementarios. Y la telegestión es la llave que nos abre la puerta a este futuro fascinante.
En Cuerva queremos formar parte del futuro y, por ello, buscamos llevar la energía al siguiente nivel. Pensamos en lo que está por venir y apostamos por la innovación para ofrecer las mejores soluciones a las necesidades de los usuarios y del sector.
Por ello, llevamos años trabajando en la configuración de smart cities, tanto con la integración de las energías renovables como con la implementación de la red eléctrica y tecnología necesaria para mejorar la operativa y eficiencia de todos los recursos posibles.
El futuro de nuestras ciudades está en nuestras manos y promete ser más brillante, más verde y más inteligente que nunca. ¿Estás listo para ser parte de esta revolución?