Movilidad eléctrica: los vehículos que lideran la transición energética
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A lo largo de los años, Hollywood ha recurrido muchas veces a los coches eléctricos en sus películas de ciencia ficción y nos ha dejado escenas memorables que ya forman parte de la historia del cine. Una de las más famosas la encontramos al final de “Regreso al Futuro” (1985), cuando el Dr. Emmett Brown muestra el DeLorean modificado, para que funcione con desechos domésticos en lugar de gasolina. Una vez más, la ficción se anticipa a la realidad, porque se trata de una metáfora de lo que hoy se busca en el mundo de la movilidad eléctrica y la transición energética. Esta escena habla de un futuro donde los vehículos no dependen de los combustibles fósiles, sino de fuentes de energía alternativas y sostenibles.
Más allá de la utopía del cine, actualmente, estamos viendo la expansión de los vehículos eléctricos a nivel mundial y el papel que tienen en la sociedad actual, cada vez más relevante como punta de lanza de un nuevo escenario más sostenible.
Sin ir más lejos, según un estudio reciente publicado por la Agencia Internacional de la Energía, en 2023, se registraron en todo el mundo casi 14 millones de nuevos automóviles eléctricos, elevando el total en circulación a 40 millones. Estos representaron, aproximadamente, el 18% de todos los automóviles vendidos en 2023, en comparación con el 14% en 2022 y solo el 2% cinco años antes, en 2018. Esta tendencia indica que el crecimiento es sólido, a medida que los mercados de vehículos eléctricos maduran.
¿Qué es la movilidad eléctrica?
La movilidad eléctrica se refiere a la adopción de vehículos impulsados por electricidad (principalmente, a través de baterías recargables o sistemas de celdas de combustible) como alternativa a los motores de combustión interna que dependen de combustibles fósiles. Este modelo de transporte incluye automóviles, autobuses, motocicletas y otros medios impulsados por energía eléctrica, y está orientado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles de origen fósil.
Según informes como el Global EV Outlook de la Agencia Internacional de Energía y estudios del Consejo Internacional de Transporte Limpio, la movilidad eléctrica es un pilar clave para alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático en el sector del transporte, que representa cerca del 24% de las emisiones globales de CO₂. Este cambio estructural en la movilidad también implica avances en infraestructuras de recarga y políticas de incentivo que buscan aumentar la accesibilidad y la viabilidad económica de estos vehículos en los mercados globales.
Tipos de vehículos eléctricos
Actualmente, la movilidad eléctrica ha diversificado sus tecnologías y ofrece diversas soluciones para reducir emisiones de gases contaminantes y mejorar la eficiencia. La creciente adopción de los vehículos eléctricos representa el esfuerzo por cubrir múltiples demandas en el mercado, desde la conducción sin emisiones en entornos urbanos hasta vehículos de larga autonomía para grandes desplazamientos y aplicaciones comerciales.
En el mercado actual, podemos encontrar los siguientes tipos de vehículos eléctricos:
- Vehículos eléctricos de batería (BEV). Comúnmente llamados “coches totalmente eléctricos”, los BEV funcionan exclusivamente con baterías recargables y no cuentan con motores de combustión. Estos vehículos deben cargarse a través de una red de cargadores, y su autonomía depende de la capacidad de la batería y de la eficiencia del vehículo. Marcas como Tesla, Nissan y Chevrolet han apostado por esta tecnología, que promete una movilidad libre de emisiones.
- Vehículos eléctricos de pila de combustible (FCEV). Este tipo de vehículo utiliza una celda de combustible para convertir hidrógeno en electricidad, generando únicamente vapor de agua como residuo. Aunque los FCEV son completamente eléctricos, su infraestructura de abastecimiento de hidrógeno es limitada y su adopción ha sido más lenta debido a esta dependencia. Sin embargo, tienen la ventaja de unos tiempos de recarga más rápidos que los BEV y una mayor autonomía. Por este motivo, son ideales para aplicaciones de movilidad eléctrica en transporte pesado.
- Vehículos eléctricos de rango extendido (EREV). Estos vehículos cuentan con una batería recargable y un motor de combustión interna que funciona como generador para aumentar la autonomía una vez que la batería se agota. No obstante, el motor de combustión solo asiste a la batería y no impulsa directamente las ruedas del vehículo. Son una opción para quienes buscan autonomía adicional sin perder los beneficios de un transporte principalmente eléctrico.
- Vehículos híbridos enchufables (PHEV). Este tipo de vehículos combinan un motor de combustión y una batería recargable que permite una conducción eléctrica en distancias cortas. Por este motivo, son ideales para desplazamientos urbanos. A diferencia de los híbridos convencionales, los PHEV pueden recargarse a través de una fuente externa, lo que maximiza su eficiencia y reduce las emisiones.
- Vehículos híbridos eléctricos (HEV). Estos vehículos funcionan con un motor de combustión y un pequeño sistema eléctrico que se recarga durante la conducción mediante frenado regenerativo, pero no se conectan a la red eléctrica. Su batería y el motor eléctrico brindan apoyo al motor de combustión para mejorar la eficiencia de combustible, aunque no pueden recorrer grandes distancias en modo totalmente eléctrico.
- Vehículos híbridos suaves (MHEV). Estos vehículos emplean un sistema eléctrico de baja potencia, que apoya al motor de combustión para optimizar su eficiencia, especialmente durante la aceleración. Los MHEV no permiten una conducción en modo completamente eléctrico y no requieren conexión de carga porque la batería se recarga con la energía recuperada. Esta tecnología es común en vehículos de alta gama para mejorar el rendimiento y la economía de combustible.
Ventajas y desafíos de la movilidad eléctrica
La movilidad eléctrica representa una alternativa transformadora y sostenible en el contexto actual de cambio climático y transición energética. Aunque trae consigo ventajas claras en términos de eficiencia energética y reducción de emisiones, también enfrenta desafíos importantes en cuanto a autonomía, infraestructura de carga y accesibilidad económica.
A continuación, exploramos los beneficios y retos de este innovador sector que está cambiando el transporte hacia un futuro más verde.
Ventajas de la movilidad eléctrica
La movilidad eléctrica ofrece múltiples beneficios en el contexto actual de cambio climático y políticas ambientales:
- Reducción de la dependencia de combustibles fósiles y contribución a la transición energética, gracias a que los vehículos eléctricos pueden utilizar electricidad que puede provenir de fuentes renovables como solar o eólica.
- Impacto ambiental positivo. Los vehículos eléctricos no emiten gases de efecto invernadero ni partículas en suspensión, lo que mejora la calidad del aire, reduce la huella de carbono y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
- Contribución a la salud pública. En relación con el punto anterior, al reducir las emisiones contaminantes, los vehículos eléctricos tienen un impacto positivo en la salud pública, disminuyendo enfermedades relacionadas con la contaminación del aire. También, generan menos ruido, reduciendo la contaminación acústica en áreas urbanas.
- Mayor eficiencia energética. Los motores eléctricos son más eficientes que los de combustión, requiriendo menos energía para recorrer la misma distancia y aprovechando el frenado regenerativo para maximizar su eficiencia.
- Reducción de los costes operativos. Aunque este tipo de vehículos suelen tener un coste de adquisición inicial alto, los gastos operativos son menores porque la electricidad es más barata que los combustibles fósiles, y su mantenimiento es más económico debido a la menor cantidad de piezas móviles.
- Incentivos gubernamentales. Muchos gobiernos ofrecen incentivos fiscales, subvenciones y beneficios en infraestructuras (como carriles preferenciales y estacionamiento gratuito) para impulsar la movilidad eléctrica.
- Avances tecnológicos que fomentan su viabilidad. Los avances en tecnología y autonomía de las baterías, junto con la expansión de la red de cargadores, están aumentando su viabilidad para desplazamientos largos.
Desafíos de la movilidad eléctrica
A pesar de sus beneficios significativos, la adopción de la movilidad eléctrica también se enfrenta a varios desafíos que afectan tanto a las empresas como a los organismos reguladores:
- Autonomía de los vehículos eléctricos. Aunque ha ido mejorando con el tiempo y ya existen modelos que pueden cubrir largas distancias, esta sigue siendo una preocupación, especialmente en condiciones climáticas adversas. La industria automotriz trabaja en innovaciones para incrementar la eficiencia y la capacidad de las baterías, lo que ayudará a satisfacer las diversas necesidades de los usuarios y hará que estos vehículos sean más competitivos frente a los de combustión interna.
- Optimización del tiempo de recarga. Aunque se han realizado avances fundamentales en tecnologías de carga rápida, los tiempos de recarga siguen siendo más largos que el repostaje de combustibles tradicionales en gasolineras. Para hacer la recarga más eficiente, es crucial el desarrollo de estaciones de carga ultrarrápidas que permitan a los usuarios reducir el tiempo de espera.
- Accesibilidad económica. Este también es otro reto crucial en la movilidad eléctrica. En este sentido, si bien el coste inicial de los vehículos eléctricos es más alto que los de combustión interna, es cierto que los incentivos gubernamentales y los menores costes operativos contribuyen a que sean una opción competitiva a largo plazo. No obstante, a medida que la producción de baterías se vuelve más eficiente y los precios disminuyen, desde todos los sectores implicados, se espera que el acceso a estos vehículos se amplíe y democratice. Sin embargo, esta reducción en el coste y la amortización aún varían significativamente entre países y fabricantes.
- Gestión y reciclaje de baterías. Estas son áreas que requieren una atención urgente. Las baterías de iones de litio plantean desafíos en términos de sostenibilidad, desde la extracción de la materia prima hasta su reciclaje al final de su vida útil. La industria está avanzando en la búsqueda de métodos de reciclaje más sostenibles y en el desarrollo de alternativas a las baterías actuales. Asimismo, la disponibilidad de materias primas (como el litio y el cobalto) es un aspecto crítico que necesita ser abordado a nivel gubernamental para garantizar un suministro estable, sostenible y dentro del marco de las leyes internacionales.
- Concienciación del consumidor. Educar a la población sobre los beneficios de los vehículos eléctricos es esencial para fomentar la confianza en ellos y acelerar su adopción en todos los ámbitos de la sociedad. A medida que los países avanzan hacia la adopción de fuentes de energía más limpias, la electricidad utilizada para cargar los vehículos eléctricos se volverá progresivamente más sostenible , maximizando los beneficios ambientales de esta tecnología.
¿Cómo hacer la transición hacia la movilidad eléctrica?
La transición hacia la movilidad eléctrica requiere un enfoque integral que priorice:
- Expansión de las estaciones de carga. Para facilitar el uso masivo de vehículos eléctricos, es crucial desarrollar la red de estaciones de carga, tanto públicas como privadas. Esto implica la instalación de cargadores en áreas urbanas, carreteras, estacionamientos y lugares de trabajo, con diferentes niveles de potencia que permitan tanto la carga rápida como la carga estándar. Una infraestructura de carga adecuada no solo garantizará que los usuarios tengan un acceso fácil y conveniente a la electricidad necesaria para utilizar sus vehículos, sino que también contribuirá a aumentar la confianza del consumidor en la adopción de tecnologías eléctricas.
- Electrificación de flotas públicas y privadas. Este es otro paso fundamental en este proceso de expansión. Muchas ciudades (como es el caso de Barcelona) ya están electrificando su transporte público, lo que contribuye a una reducción significativa de la contaminación en áreas urbanas y densamente pobladas. Esta estrategia no solo mejora la calidad del aire, sino que también establece un ejemplo a seguir para el sector privado. La promoción de la electrificación de flotas comerciales (como camiones de reparto) también juega un papel fundamental en la reducción de la huella de carbono y en la mejora de la sostenibilidad del transporte de mercancías, uno de los pilares de la economía actual.
- Incentivos y regulaciones gubernamentales. Son esenciales para apoyar la expansión de la movilidad eléctrica. Los gobiernos están desarrollando políticas que van desde los subsidios y las deducciones fiscales hasta la creación de infraestructuras necesarias para la recarga de vehículos eléctricos. Estas medidas ayudan a crear un entorno favorable para el crecimiento de este tipo de movilidad al reducir los costes iniciales de adquisición de los vehículos eléctricos. Al combinar estos incentivos con regulaciones que fomenten la electrificación, se puede acelerar significativamente la transición hacia un sistema de transporte más sostenible y menos contaminante.
La contribución de la movilidad eléctrica a la transición energética
La movilidad eléctrica es un elemento clave en la transición energética porque permite sustituir los vehículos de combustión interna por alternativas de transporte más limpias, lo que reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Este cambio no solo contribuye a mitigar el cambio climático, sino que también fomenta el uso de fuentes de energía renovables, mejorando así la eficiencia energética y disminuyendo la dependencia actual de los combustibles fósiles.
La transición energética hacia un modelo de sociedad más sostenible es esencial para abordar los desafíos globales que enfrenta nuestra sociedad. En este contexto, la movilidad eléctrica desempeña un papel destacado al alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París, que buscan limitar el calentamiento global y promover un desarrollo equitativo y más sostenible. Al integrar tecnologías limpias en el transporte, la movilidad eléctrica no solo mejora la calidad del aire y la salud pública, sino que también contribuye a la creación de comunidades más resilientes y eficientes, asegurando un futuro mejor para las generaciones venideras.
En este contexto de grandes retos y avances tecnológicos, en Cuerva apostamos por la movilidad eléctrica. Por eso, como expertos en el diseño, construcción, conservación y optimización de infraestructuras eléctricas y de edificación, ayudamos a aquellas empresas que quieren tener un papel clave en esta revolución verde con la instalación de distintos tipos de puntos de recarga:
- Puntos de recarga para tu empresa: aporta comodidad y un valor añadido a tus clientes y empleados, dando la oportunidad de cargar sus vehículos en tus instalaciones.
- Puntos de recarga en la vía pública: facilita la adopción de vehículos eléctricos, contribuyendo a una ciudad más sostenible y ecológica.
- Puntos de recarga para instalaciones exteriores: optimiza la eficiencia energética de tus instalaciones y ofrece un beneficio adicional a tus empleados, asegurando la sostenibilidad de tu empresa.
Un ejemplo de nuestra contribución lo encontramos en el proyecto del Parking Méndez Núñez de Granada, al que ayudamos a dar un paso más hacia esta transformación sostenible con la instalación de 9 cargadores de 22 kW con doble toma, capaces de cargar dos coches simultáneamente en menos de 2 horas.
¿Te sumas a la revolución hacia un futuro más limpio y sostenible? Contáctanos y juntos te acompañamos en el cambio hacia la movilidad eléctrica.