Consumo fantasma: claves para reducirlo y lograr una empresa energéticamente eficiente

Ha llegado el momento de actuar. Descubre cómo identificar y combatir el consumo fantasma en tu organización para reducir costes, contribuir a un futuro más sostenible y hacerla energéticamente eficiente.

Devora recursos y dispara la factura electrónica. Así es el consumo fantasma, el enemigo invisible de las empresas que, desde un punto de vista energético, castiga silenciosamente a una de cada cuatro organizaciones en España. Un despilfarro medioambiental y económico que, sin aportar beneficio alguno, muchas organizaciones desconocen o, peor aún, subestiman.

Y eso a pesar de que su reducción tiene un potencial de ahorro de hasta un 20% en el consumo energético. ¿Te puedes hacer una idea del gasto que supone una oficina vacía por la noche, aparentemente en reposo, pero con cientos de dispositivos en modo stand-by consumiendo sin parar? ¿Y si este consumo se prolonga durante una semana, un mes o un año? Son miles de euros gastados y de toneladas de CO₂ emitidas que no aportan valor.

Por ello, minimizar este consumo tan innecesario para mejorar la eficiencia energética debe ser una prioridad en las organizaciones . En este sentido, la legislación en España lleva años actualizándose para alcanzar este propósito. El Real Decreto-ley 56/2016*, por ejemplo, obliga a ciertas empresas a realizar auditorías energéticas cada cuatro años o implementar Sistemas de Gestión Energética.

*El Real Decreto-ley 56/2016 de eficiencia energética establece que las empresas con más de 250 trabajadores y/o un volumen de negocio superior a 50 millones de euros y un balance general superior a 43 millones de euros tienen la obligación de realizar una auditoría energética cada 4 años o bien de implantar un Sistema de Gestión Energética o Ambiental. En caso de no hacerlo, se pueden enfrentar a sanciones de hasta 60.000 euros.

¿Tu empresa está desperdiciando energía y no eres realmente consciente de lo que supone? Ha llegado el momento de actuar. Descubre cómo identificar y combatir el consumo fantasma para reducir costes y contribuir a un futuro más sostenible. ¡No dejes que este “ladrón” siga operando en las sombras de tu negocio!

¿Qué es el consumo fantasma?

El consumo fantasma es el gasto energético que se produce cuando los dispositivos eléctricos están apagados o en modo stand-by, pero siguen conectados a la red y consumiendo energía. 

Cientos de ordenadores, decenas de impresoras, cargadores móviles, cafeteras… Todos estos dispositivos, aunque parezcan inactivos, siguen requiriendo energía mientras están conectados a la red. La razón es que los transformadores que incorporan para adaptar el voltaje utilizado mantienen un flujo constante de electricidad incluso cuando no se utilizan, dando lugar al consumo fantasma.

Aunque en el ámbito doméstico este gasto puede parecer menor, en el entorno empresarial el fenómeno cobra especial relevancia debido a la gran cantidad de equipos conectados.

Lo que parece un gasto insignificante en un solo equipo se convierte en un derroche energético y económico a gran escala. Un desperdicio de recursos que agota los bolsillos de las empresas y pone en peligro el futuro de nuestro planeta.

¿Cuánto gasto de energía representa el consumo fantasma? 

Imperceptible a simple vista, este pequeño, pero constante, consumo tiene un impacto considerable en la factura eléctrica de las empresas. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), puede llegar a representar entre un 7% y un 11% del gasto eléctrico total. Por cada 1.000 euros de factura eléctrica, hasta 110 pueden desperdiciarse en equipos aparentemente apagados. 

Los factores que influyen en este consumo fantasma son varios. Los hábitos de los trabajadores, en primer lugar, son determinantes. Dejar los ordenadores encendidos durante la noche o mantener los cargadores conectados sin uso aumenta el gasto innecesariamente. Sin embargo, también incide en el consumo la cantidad, antigüedad y tipo de equipos eléctricos conectados . Por ejemplo, una impresora antigua en modo stand-by puede gastar hasta tres veces más que un modelo moderno y eficiente.

A estas variables, también hay que sumar la eficiencia de la propia instalación eléctrica, ya que una obsoleta o en mal estado genera pérdidas de energía constantes. Esto es algo preocupante si tenemos en cuenta que el informe La gestión energética en las compañías españolas de KPMG detalla que el 81% de las empresas reconoce tener instalaciones con eficiencia media o baja. ¿Tu empresa forma parte de este porcentaje? Es hora de tomar decisiones, cerrar este grifo de energía que no deja de gotear y optimizar la infraestructura eléctrica de tu organización.

Para finalizar, la gestión energética de la propia empresa también desempeña un papel a la hora de luchar contra el consumo fantasma. ¿Cuenta la compañía con una política de ahorro energético? ¿Hace auditorías de forma regular para identificar y corregir las ineficiencias?

En la actualidad, evaluar la eficiencia de las instalaciones e identificar los puntos de consumo fantasma es importante para cualquier negocio. Cada kilovatio ahorrado se traduce en beneficios económicos y medioambientales. Pero entonces, ¿dónde debemos poner el foco para empezar a minimizar el consumo fantasma?

¿Qué aparatos eléctricos son los que más consumen?

En las empresas, los ordenadores y equipos de oficina son los mayores consumidores fantasma, pero hay otros muchos más aparatos electrónicos que “roban” subrepticiamente. 

Los equipos audiovisuales también son grandes consumidores. Un proyector en modo espera puede gastar 5 vatios por hora. En las áreas de descanso, la cafetera o el microondas en estado reposo también consumen energía sin aportar ningún beneficio. Incluso los equipos de climatización y calefacción siguen consumiendo si están enchufados. Y no nos olvidemos de los cargadores de móviles: uno enchufado sin teléfono consume 0,5 vatios por hora.

Para hacernos una idea detallada del consumo, la siguiente lista que hemos elaborado muestra los dispositivos más comunes en las empresas que contribuyen al consumo fantasma y una estimación de su consumo según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y algunos manuales de fabricantes.

Como podemos ver, el consumo fantasma de estos dispositivos es pequeño si los analizamos de forma independiente. Sin embargo, como hemos señalado, el problema en las empresas, sobre todo en las grandes oficinas, es su escalabilidad y su impacto acumulativo. 

Cientos o miles de dispositivos en stand-by durante noches y fines de semana supone un derroche energético y económico que debemos evitar para construir un futuro más sostenible y eficiente.

¿Cómo medir el consumo fantasma en una empresa?

Para combatir este gasto energético, el primer paso es identificar el consumo fantasma en tu empresa . Existen métodos sencillos: 

• Análisis de facturas eléctricas. Las compañías energéticas ya hacemos estudios identificando patrones de consumo. No desperdicies esta información y aprovéchala para mejorar. Revisa tus facturas y busca variaciones en el consumo durante las horas no laborables, ya que puede proporcionarte una idea inicial del consumo fantasma.
• Medidores de energía individuales. Estos pequeños aparatos son una opción asequible para conocer cuánto consume realmente cada equipo electrónico en la oficina.
• Medidores inteligentes y el software de gestión energética. Otra opción más sofisticada es la implementación de medidores inteligentes o de un software de gestión energética (SGEn). Estas soluciones ofrecen una visión más completa y en tiempo real del consumo de toda la compañía, lo que facilita la detección del consumo fantasma y la optimización del uso general de la energía en la organización.

Ya se opte por unas soluciones u otras, la monitorización continua es clave para conseguir resultados tangibles. De hecho, un estudio realizado entre más de 3.500 empresas en España ha revelado que el 24% de las empresas que implementan sistemas de gestión energética han logrado ahorros superiores a 5.000 euros, con un retorno de inversión en menos de 4 años. 

¿Cómo evitar el consumo fantasma?

Una vez que se ha identificado el consumo fantasma y de dónde procede, llega el momento de empezar a reducirlo para optimizar costes y contribuir a la sostenibilidad. ¿Cómo lo podemos evitar? Algunas de las estrategias más prácticas y comunes son las siguientes:

1. Priorizar la eficiencia energética de los equipos . Optar por dispositivos con una certificación energética elevada, como la A, supone un ahorro significativo a largo plazo.
2. Utilizar temporizadores y programadores. Mediante estas soluciones, es posible configurar los dispositivos para que se apaguen de forma automática fuera del horario laboral.
3. Emplear regletas con interruptores. Es una solución sencilla, así como efectiva. Conecta varios dispositivos a una misma regleta y apágala con un solo clic al terminar la jornada. 
4. Apagar los equipos del todo. Cuando termines la jornada, no suspendas la sesión del ordenador y apágalo del todo. Si los dejas en stand-by , ese goteo de pérdida energética no se acabará nunca.
5. Instalar sistemas de telegestión y domótica. Estas soluciones permiten un control mucho más sofisticado del consumo energético de la compañía. Por ejemplo, los sistemas de gestión de edificios inteligentes (BMS) monitorizan y optimizan el uso de energía en tiempo real. Además, la implementación de sensores de ocupación y control automático de iluminación también nos asegurará que las luces solo van a estar encendidas cuando sea necesario.
6. Realizar auditorías energéticas regulares. Estas evaluaciones te ayudarán a identificar áreas de mejora y medir el impacto de las medidas implementadas.

Todos los puntos anteriores ayudan a evitar el consumo fantasma. Sin embargo, el más importante es el de la concienciación y la formación del personal. Hay que fomentar hábitos de ahorro energético entre los empleados para que sea una realidad. Sin la colaboración de nuestros empleados, nunca será posible alcanzar la eficiencia energética deseada y necesaria.

Compromiso empresarial por la eficiencia energética

Reducir el consumo fantasma no es un desafío estático. Todo lo contrario. Es un reto en continua evolución por el que las empresas deben implementar soluciones, desde las más básicas hasta las más innovadoras , para optimizar su rendimiento energético y evitar el consumo fantasma.

La tecnología IoT, con sensores, actuadores y controladores para una gestión inteligente de las oficinas, o la implementación de sistemas domóticos son algunas de las tendencias que reducen el consumo fantasma. Además, tecnologías como el análisis de datos y la inteligencia artificial permiten identificar patrones de consumo y optimizar aún más los procesos. 

Una apuesta por la innovación que está se está uniendo a una normativa cada vez más estricta y exigente desde el punto de vista de la sostenibilidad y el ahorro energético . Por ello, es hora de actuar y de implementar medidas de ahorro energético cuanto antes. 

En Cuerva, somos expertos en eficiencia energética y optimización de infraestructuras eléctricas . Implementamos soluciones domóticas que ayudarán a tu empresa a minimizar el consumo energético y a reducir el gasto en su factura eléctrica. 

Además, mediante el uso de algoritmia e ingeniería, nuestros expertos pueden realizar un estudio del consumo de tu organización para detectar ineficiencias y proponerte opciones de mejora.

¿Quieres reducir tus costes fijos y contribuir con tu empresa a un futuro más sostenible gracias a una mejor gestión energética? Ponte en contacto con nosotros y te ayudamos a conseguir un ahorro en tu factura a corto plazo.