¿Qué es la clase de eficiencia energética y por qué es importante saber interpretarla?

clase de eficiencia energética
Jose Luis Otero, Jefe de Obra en Cuerva
Escrito el 6 de abril de 2023
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Los elevados costes energéticos en el último año han provocado problemas económicos a las empresas. De hecho, según un informe elaborado por la Cámara de España, el 85% de las compañías del país se vieron perjudicadas por el aumento de los precios de la electricidad, lo que afecta a su negocio y supervivencia. Por esta razón, es relevante aplicar medidas para optimizar el consumo energético y alcanzar la máxima eficiencia en las organizaciones.

Sin ir más lejos, gran parte del gasto, tanto de las empresas como de los hogares, se destina a los aparatos eléctricos que utilizamos. No obstante, cada dispositivo dispone de una etiqueta que refleja su clase de eficiencia energética, es decir, cuánta energía consume.

En este artículo, te explicamos qué es la clase de eficiencia energética, cómo funciona el nuevo etiquetado y la manera de interpretarlo de manera correcta para hacer una gestión inteligente y que se refleje en un ahorro económico.

¿Qué es la clase de eficiencia energética?

La clase de eficiencia energética es una clasificación que indica el grado de eficiencia energética de los electrodomésticos y aparatos electrónicos. Esta misma se representa mediante una escala que determina el consumo de energía (de la A a la G).

A mayor nivel de eficiencia energética de un dispositivo, el ahorro de consumo de energía se eleva. Asimismo, se produce una bajada notoria en las emisiones de gases nocivos a la atmósfera y perjudiciales para el medioambiente.

Dicho adhesivo, fue instaurado en 1995, pero ha experimentado diversas modificaciones, dado que antiguamente no reflejaba el gasto real de cada dispositivo. Por ejemplo, a partir de 2020, se estableció una nueva calificación para adquirir aparatos eficientes energéticamente con el propósito de aumentar el ahorro en la factura eléctrica. Sin embargo, la última tuvo lugar en marzo de 2021, fecha en la que la legislación europea introduce nuevas directrices con cambios en la interpretación del antiguo etiquetado.

De esta manera, estas nuevas etiquetas de clasificación energética comparten características similares con los países vecinos de la Unión Europea y sus requisitos están regulados por la Directiva 2009/125/EC y la Directiva 2010/31 de eficiencia energética. Asimismo, esta calificación mantiene sus pilares o bases en una escala promovida por el Índice de Eficiencia Energética (EEI). Sin embargo, los niveles se modifican y simplifican con el fin de incentivar la creación y el uso de aparatos energéticamente más eficientes.

En este sentido, antes el grado de eficiencia energética se medía con las letras A + + +, A + +, A+, A, B, C y D. No obstante, a partir de marzo de 2021, se retiró el símbolo “+”, que aludía a una subcategoría dentro de cada letra, y se creó una nueva graduación con la escala de siete letras, la cual parte de la A y va hasta la G. De esta manera, se evita la confusión a la hora de identificar cuáles son los electrodomésticos que sí tienen un alto nivel de eficiencia energética, por lo que la motivación de compra se acelera gracias a una comunicación clara y sencilla.

Clases de eficiencia energética: comparamos el antiguo y el nuevo etiquetado

El nuevo etiquetado energético seguirá la evolución de las mejoras tecnológicas en eficiencia energética, es decir, este se revisará cuando el 30% de los aparatos eléctricos reciba la clasificación más alta (A) o cuando el 50% se sitúe entre el intervalo A y B. Todo esto se hace con la intención de conseguir el objetivo marcado: promover el desarrollo tecnológico de productos más eficientes.

Y es que, durante los últimos años, con el antiguo etiquetado, las categorías con el signo “+” se han saturado y los modelos nuevos que contaban con una eficiencia superior no han encontrado su lugar para diferenciarse de los ya instaurados en el mercado. Por este motivo, para dejar un margen de mejora a los productos y conseguir una mayor eficiencia energética, con el nuevo reescalado, los electrodomésticos que pertenecían a la clasificación más alta (A+++) se asignan como máximo a la clase B. De esta manera, se deja la clase A completamente vacía.

Además, cabe destacar que la interpretación entre el antiguo y el nuevo etiquetado no solo varía en cuanto a la letra, sino que la técnica utilizada para su cálculo también es diferente. Por tanto, no se puede establecer una relación entre las dos clasificaciones.

A pesar de todo, aunque estas modificaciones se produjeron en noviembre de 2020, si tenemos en cuenta el calendario de implementación por parte del reglamento europeo, a partir de ese momento, los establecimientos comenzaron a vender productos con ambos etiquetados.

Y es que no es hasta el 1 de marzo de 2021 que el reglamento de la Unión Europea implanta la obligatoriedad de incluir la nueva etiqueta en electrodomésticos como pantallas, monitores, televisores, etc. En cuanto a las lámparas y bombillas, estas no adoptan los nuevos cambios establecidos hasta meses más tarde, en septiembre de 2021. Por último, las secadoras y aire acondicionados esperaron hasta el 2022 para hacer frente a la nueva clasificación.

Teniendo esto en cuenta, para evitar posibles confusiones, a continuación, te explicamos las diferencias entre ambas escalas.

¿Cómo leer el antiguo etiquetado?

Muchos de los electrodomésticos y aparatos eléctricos presentes en las viviendas o empresas aún mantienen el antiguo etiquetado, es decir, una escala de la A+++ hasta la letra D.

Si bien las letras nos ayudan a identificar la eficiencia de cada modelo, también se establece una escala de colores que ayuda a interpretarla con más facilidad. Por consiguiente, para los productos más eficientes, se fija el color verde, hasta alcanzar los dispositivos menos eficientes con una tonalidad roja.

Además, en el etiquetado anterior, el consumo anual energético se calcula y se representa de manera distinta. Aquí te dejamos cómo funciona esta escala:

  • A + + +: es el mayor nivel de eficiencia energética y su consumo es inferior al 25%. Se representa con la tonalidad verde oscura.
  • A + +: su consumo es inferior al 30% y se presenta con un tono verde.
  • A +: con un color verde más claro, este intervalo refleja un consumo entre el 30% y 40%.
  • A: se representa con el color amarillo y se incluyen los aparatos con un consumo del 40% y 55%.
  • B: en esta franja, se hallan los productos con un consumo entre el 55% y el 75%. Se caracterizan por el color naranja.
  • C: refleja un consumo energético alto que alcanza el 75%-90% y se identifica con un color naranja más intenso.
  • D: su consumo oscila entre el 90% y 100%. Son los electrodomésticos menos eficientes y el intervalo se tiñe de color rojo.

¿Y cómo funciona la nueva clase de eficiencia energética?

Con el nuevo etiquetado, se suprimen los intervalos A +++, A ++ y A +, ya que estos términos dificultan la elección de un electrodoméstico de bajo consumo sin tener claras las ventajas que podrían proporcionar.

Sin ir más lejos, con el fin de hallar una solución a este problema, la normativa europea decreta una nueva clase de eficiencia energética que empieza en la letra A, representado los dispositivos más eficientes, hasta la letra G, donde se engloban los dispositivos con mayor gasto en electricidad. No obstante, es importante tener especial cuidado en la equiparación de la nueva etiqueta con la antigua por una sencilla razón: no existe correlación.

El consumo y la clasificación energética de un aparato eléctrico con el nuevo etiquetado puede variar con respecto a su versión anterior, sin existir relación entre ambas. Es decir, un mismo electrodoméstico clasificado como A +++ puede modificarse y bajar posiciones hasta la clase B, C u otra inferior.

Por otro lado, el diseño cambia por completo, con el fin de añadir información adicional y útil para los consumidores. Hablamos de datos que no están solo vinculados al grado de eficiencia energética. ¿Cuál es la intención de la Comisión Europea? Establecer un etiquetado comprensible y fácil de interpretar para todos los países europeos.

Para ello, ha implementado símbolos cuyo significado es el mismo para todas estas zonas geográficas, con el fin de evitar malentendidos y confusiones a futuro que repercutan de forma negativa y eviten establecer nuevos cambios.

En este sentido, la información que recoge la etiqueta energética es:

  • Fabricante
  • Modelo y marca
  • Clase de eficiencia energética (de la A a la G).
  • Pictogramas rediseñados con información de cada electrodoméstico. Por ejemplo, si compras una lavadora, el adhesivo refleja datos relativos al nivel de ruido o el consumo de cada lavado.
  • QR vinculado a la Unión Europea. Esta opción te permite conocer más detalles a través de la base de datos europea del nuevo etiquetado energético (EPREL) y acertar en la decisión de compra con toda la información disponible.

Apuesta por la eficiencia energética en la empresa

Prestar atención a la clase de eficiencia energética de tus aparatos eléctricos y sistemas de iluminación puede ayudarte a reducir la factura de la luz mes a mes. Averigua qué equipos consumen en exceso para cambiarlos por otros que minimicen el gasto energético de la empresa. Es decir, puede darse el caso de que un aparato que, en principio, sea más caro por ser más eficiente, te ayude a reducir tu consumo y, por lo tanto, tu factura.

También puedes modificar tus hábitos de consumo y hacer un uso racional de los dispositivos. En este punto, el modo standby tiene un papel importante. Asimismo, puedes usar regletas con interruptor para apagar los dispositivos o temporizadores que programen los aparatos o emplear regletas con tecnología avanzada que permiten su desconexión total mediante un mando o apagado automático cuando detectan un bajo consumo.

Por tanto, lo primero es aprender a gestionar el consumo. Debes ser consciente de si tu gestión actual te está perjudicando. Para ello, las auditorías energéticas en empresas son clave para saber cuáles son realmente tus costes energéticos e implementar diversas medidas de optimización y ahorro. Y lo segundo, si quieres notar el máximo ahorro en la factura eléctrica, es producir tu propia energía renovable. Mediante el autoconsumo fotovoltaico, tendrás acceso a una fuente de energía 100% limpia, con reducciones que pueden alcanzar hasta el 70% en electricidad.

Desde Cuerva, podemos ayudarte a encontrar las mejores soluciones para ahorrar en tu factura eléctrica y disminuir así los costes energéticos de tu empresa, mediante una propuesta personalizada proveniente de expertos renovables desde hace más de 80 años, acometiendo grandes proyectos de infraestructuras eléctricas y energéticas. Aprende con nosotros a optimizar tu gasto energético y a disfrutar de mayor liquidez para hacer crecer tu negocio.

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Sobre el autor

Jose Luis Otero, Jefe de Obra en Cuerva
Jose Luis es Jefe de Obra del área de Servicios Industriales y Energéticos. Inició sus andaduras en el sector energético en 2016, muy ligado a las energías renovables y acumulación. Actualmente, aplica estos conocimientos en Cuerva para el desarrollo y gestión de obras multidisciplinares, integrando tres pilares fundamentalmente; edificación, energías renovables y movilidad sostenible.
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