Mantenimiento del coche eléctrico: ¿cuál es y cuánto cuesta?
En 2023, España se posicionó entre los diez países europeos con el mayor parque de turismos eléctricos. Las normativas anticontaminación y los planes de movilidad urbana impulsan a los propietarios de vehículos a considerar alternativas a los coches de gasolina y diésel, y los coches eléctricos no solo son vehículos más eficientes y sostenibles, sino que también presentan un atractivo adicional: el mantenimiento del coche eléctrico es mucho más sencillo y económico que el de los vehículos tradicionales de gasolina o diésel.
La razón es clara: los motores de propulsión eléctrica cuentan con muchas menos piezas móviles que rozan entre sí y, por ende, sufren menos desgaste. Esto convierte al coche eléctrico en una opción más rentable cuanto más kilómetros se realizan, tanto por el ahorro de combustible como por los costes de mantenimiento.
Si quieres saber cuál es el mantenimiento de un coche eléctrico, cuánto cuesta o cuál es la diferencia respecto a un vehículo de combustión, te lo explicamos a continuación.
¿Cuál es el mantenimiento general de un coche eléctrico y de combustión?
Como parte del mantenimiento de un coche eléctrico, se revisan algunos elementos comunes con los vehículos de combustión:
- Neumáticos. Los neumáticos de un coche eléctrico pueden desgastarse más rápido debido al peso adicional de la batería. Se recomienda revisarlos y reemplazarlos cada 30.000 kilómetros o cada dos años.
- Sistema de frenos. Si bien en los vehículos de combustión interna el sistema de frenos está sometido a un mayor desgaste por el uso constante, los coches eléctricos utilizan la frenada regenerativa, lo que reduce el desgaste de las pastillas de freno. Sin embargo, es necesario revisarlas y reemplazarlas cada 30.000 kilómetros o cada dos años.
- Líquidos. Como sucede con los coches de combustión, los vehículos eléctricos también requieren la revisión de varios líquidos esenciales:
- Líquido de frenos. Deben cambiarse cada tres años para su correcto funcionamiento.
- Líquido refrigerante. Se utiliza para mantener la temperatura de la batería, el motor eléctrico y otros componentes eléctricos. Se recomienda revisarlo cada 2-4 años en las inspecciones de mantenimiento rutinarias, pero, en caso contrario, suele requerir un cambio cada 4-6 años.
- Líquido limpiaparabrisas. No tiene un ciclo de cambio específico, sino que debe rellenarse cuando esté bajo. Se recomienda revisarlo en cada servicio de mantenimiento o antes de emprender viajes largos para asegurarse de que hay suficiente líquido.
- Sistemas de iluminación. Las luces exteriores e interiores deben revisarse regularmente (en la revisión anual del vehículo o cada 6 meses aproximadamente), especialmente los faros, luces traseras y luces de freno, para asegurarse de que estén funcionando correctamente. Los LED, más comunes en coches eléctricos, tienen una vida útil larga (pueden durar años), pero aun así es importante revisar el sistema para detectar fallos en el circuito o problemas con los contactos.
- Sistema de climatización. Aunque los coches eléctricos no utilizan el motor de combustión para generar calor, el sistema de calefacción basado en resistencias o bombas de calor requiere un mantenimiento regular, al igual que el aire acondicionado. Los filtros del aire acondicionado también deben revisarse anualmente.
- Filtros de aire de cabina. Para un buen mantenimiento del coche eléctrico, es necesario reemplazarlo cada 30.000 kilómetros o cada dos años. Si se conduce en áreas polvorientas o con mucha contaminación, el filtro de aire de la cabina debe cambiarse con mayor frecuencia (cada 10.000 km).
- Sistema de dirección . Es recomendable revisar la alineación y los componentes de la dirección una vez al año, cada 20.000 o 30.000 km, o cuando se detecten problemas como que el volante parece“pesado” o el coche no mantiene su curso recto. Las revisiones deben incluir ajustes y lubricación del sistema, si es necesario.
- Amortiguadores. Hay que cambiarlos cada 120.000 kilómetros o cada ocho años. No obstante, su vida útil puede variar según las condiciones de conducción (carreteras accidentadas, carga frecuente del vehículo, etc.).
- Batería convencional de 12 voltios. Hay que sustituirla cada 90.000 kilómetros o cada seis años. Aunque los coches eléctricos dependen principalmente de la batería de tracción para la propulsión, la batería de 12 voltios sigue siendo crítica para el funcionamiento de otros sistemas eléctricos.
Diferencias entre el mantenimiento de un coche eléctrico y uno de combustión
Los motores térmicos (gasolina o diésel) contienen muchas piezas sometidas a desgaste por fricción, altas temperaturas y esfuerzos mecánicos, lo que requiere un mantenimiento más intensivo para prevenir problemas funcionales, como suele ocurrir con elementos como la correa de distribución, las bujías y los filtros de combustible, de aceite o de aire de admisión.
Todos estos elementos mecánicos y de fluidos del motor, sencillamente, no existen en un vehículo eléctrico . En su lugar, incluyen un sistema eléctrico que requiere de una revisión más sencilla .
Mantenimiento de un coche eléctrico: ¿qué revisiones requiere el sistema eléctrico?
El mantenimiento de un coche eléctrico incluye la revisión de los principales componentes de su sistema eléctrico:
- Batería de tracción. Se trata, probablemente, del componente más importante de un coche eléctrico. Esta batería está diseñada para durar toda la vida útil del coche, pero su capacidad disminuye con el tiempo. Por ello, hay que revisar que se encuentre en buen estado para un funcionamiento óptimo y seguro.
- Cable de recarga. Debe comprobarse que está en buen estado, limpio y seco para garantizar un uso seguro.
- Electrónica de potencia. En el mantenimiento del coche eléctrico, se revisa que las conexiones, los aislamientos, el motor eléctrico y la batería de tracción estén en buen estado, prestando especial atención a las partes de alto voltaje.
- Prueba de aislamiento eléctrico. En relación con lo anterior, dado que los coches eléctricos operan con alta tensión, es esencial realizar pruebas de aislamiento para garantizar la seguridad y evitar fugas de corriente. Estas pruebas, que se realizan cada uno o dos años, son críticas para asegurar que los sistemas eléctricos no representen un riesgo para los ocupantes ni comprometan el rendimiento del vehículo.
- Sistema de gestión de la batería (BMS). Este sistema es clave para monitorear y gestionar la salud y el rendimiento de la batería. Aunque no requiere mantenimiento físico, es fundamental asegurarse de que el software esté actualizado y funcione correctamente para optimizar la vida útil de la batería y mejorar la eficiencia energética.
- Sistema de refrigeración de la batería. El sistema encargado de mantener la batería a una temperatura adecuada también necesita revisiones periódicas. En los coches eléctricos con refrigeración líquida, es importante asegurarse de que el líquido refrigerante se encuentra en buen estado, lo que suele revisarse cada dos o cuatro años y reemplazarse cada cuatro o seis años para evitar problemas de sobrecalentamiento que puedan afectar el rendimiento de la batería.
¿Cuánto cuesta el mantenimiento de un coche eléctrico al año?
El mantenimiento de un coche eléctrico puede ser hasta un 30% más económico que el de un coche diésel o gasolina , aunque esta cifra varía según la marca y las condiciones específicas de mantenimiento. Es importante destacar que no existen precios estandarizados; las tarifas pueden fluctuar incluso dentro de diferentes servicios técnicos de una misma marca.
El coste anual medio de mantenimiento de un coche eléctrico es de 368€, frente a los 513€ de un vehículo de combustión. Esto supone un ahorro medio del 28,3% en el mantenimiento y las reparaciones de coches eléctricos.
¿Cuánto dura la batería de un coche eléctrico?
Los fabricantes suelen garantizar que la batería de tracción mantenga al menos el 80% de su capacidad de carga durante 8 años o 160.000 km. Los propietarios de vehículos eléctricos no necesitan realizar tareas específicas de mantenimiento en esta batería, pero se recomienda seguir ciertas buenas prácticas para prolongar su vida útil en condiciones óptimas:
- Evitar cargas y descargas completas; lo ideal es mantenerla entre el 20% y el 80% de su capacidad, aunque estos límites pueden variar según la tecnología de la batería.
- No abusar de las recargas rápidas, ya que son más exigentes para la batería. Se sugiere utilizarlas solo cuando sea necesario (por ejemplo, antes de realizar trayectos de larga distancia), y optar por recargas de baja potencia cuando sea posible.
- Si no se va a utilizar el vehículo durante un período prolongado, lo recomendable es dejarlo parado con la batería alrededor del 60% de carga.
Te conducimos hacia la movilidad eléctrica
Los vehículos eléctricos representan el futuro de la movilidad. No obstante, ofrecen múltiples beneficios que van más allá de la reducción de emisiones: el mantenimiento de un coche eléctrico es más sencillo, aporta mayor eficiencia energética y supone un menor coste operativo. Todas estas características los convierten en una inversión atractiva, no solo por razones ambientales, sino también por su potencial para transformar el transporte en un sistema más limpio y eficiente.
Sin embargo, para facilitar una adopción masiva de esta tecnología, resulta fundamental desarrollar una infraestructura robusta que incluya puntos de recarga accesibles y soluciones innovadoras para superar algunas de las limitaciones actuales que enfrenta la movilidad eléctrica, como la autonomía de los vehículos o disponer de sistemas de carga rápida. Solo así podremos impulsar una transición efectiva hacia un modelo de movilidad sostenible.
En este contexto, la colaboración entre el sector público y privado será esencial para crear un entorno propicio que apoye la adopción de vehículos eléctricos y fomente un futuro más limpio y eficiente para todos. Por ello, en Cuerva apostamos por ofrecer respuestas a estas inquietudes y trabajamos en el despliegue de infraestructura pública y privada de puntos de recarga.
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