Importancia de la seguridad en instalaciones eléctricas en tiempos de emergencia
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El funcionamiento de los sistemas y equipamientos de los edificios cada vez es más sofisticado y requiere de una infraestructura que dependa de un suministro eléctrico fiable
¿Cómo podemos garantizar la seguridad y continuidad de servicios esenciales en situaciones de emergencia? Esta pregunta cobra hoy en día una relevancia sin precedentes. En un mundo cada vez más interconectado, dependiente de la energía eléctrica y vulnerable al cambio climático, las amenazas a la seguridad de las infraestructuras críticas son cada vez más frecuentes e impredecibles.
Ningún sector está exento de estos riesgos. Empresas industriales, del sector logístico y del transporte, grandes superficies comerciales o alojamientos hoteleros pueden sufrir incendios eléctricos, cortocircuitos, sobrecargas o ataques cibernéticos que paralicen su actividad o, lo que es peor, que pongan en peligro la vida de las personas.
No obstante, si hay un entorno donde la continuidad del suministro eléctrico adquiere la máxima prioridad, ese es, sin duda, el ámbito hospitalario. Imaginemos por un momento las terribles consecuencias que podría acarrear un corte de suministro eléctrico en un quirófano, una sala de cuidados intensivos o un área de urgencias. O que los sistemas de megafonía para evacuación de personas no funcionaran durante un incendio debido a la caída de la red.
Los centros sanitarios concentran sistemas y equipamientos cada vez más sofisticados e interconectados en redes digitales, cuyo funcionamiento depende de una infraestructura tecnológica dependiente de un suministro eléctrico fiable.
Garantizar la seguridad y resiliencia de sus instalaciones eléctricas es absolutamente crucial, tanto para asegurar los servicios asistenciales y médicos como para que los profesionales y pacientes se aprovechen del potencial de la transformación digital en los entornos médicos. Pero, ¿cómo puede la seguridad eléctrica contribuir a la resiliencia hospitalaria necesaria para proporcionar una atención médica personalizada y de calidad?
La resiliencia hospitalaria
Cuando hablamos de resiliencia hospitalaria, nos referimos a la capacidad de los centros médicos para mantener operativos sus servicios esenciales pese a circunstancias adversas o situaciones de emergencia. Esto les permite garantizar una atención médica segura y de calidad en todo momento.
En la era digital en la que vivimos, esta resiliencia se vuelve aún más determinante, ya que la inmensa mayoría de los equipos y dispositivos médicos son electrónicos y dependen del suministro eléctrico para funcionar. Desde un simple tensiómetro hasta complejos escáneres de diagnóstico por imagen, pasando por sistemas de soporte vital, como respiradores o los sistemas de comunicación entre pacientes y enfermeros, prácticamente todo requiere un flujo continuo y estable de energía.
Desafortunadamente, son muchos los factores que amenazan esta resiliencia: infraestructuras eléctricas envejecidas, tecnologías y sistemas obsoletos, fenómenos meteorológicos extremos o accidentes en las propias instalaciones son algunos de los que ponen en jaque la integridad de las instalaciones y la capacidad operativa de los hospitales.
Riesgos de una mala infraestructura eléctrica
Una infraestructura eléctrica mal dimensionada o anticuada es un obstáculo para alcanzar la resiliencia hospitalaria que tanto necesitamos para minimizar los riesgos y garantizar la atención médica. Entre los peligros que conlleva, podemos encontrar:
- Inconsistencia en la disponibilidad de energía. Los cortes de luz frecuentes o prolongados comprometen la atención médica en los centros sanitarios. Recordemos el apagón de siete horas que sufrió el Hospital Virgen de la Torre en Vallecas a inicios de este 2024. El fallo del generador eléctrico de emergencia agravó la situación, impidiendo el uso de respiradores, la toma de tensión arterial y el acceso a medicamentos . Pacientes con respiración asistida tuvieron que ser trasladados, y se suspendieron servicios básicos, como el desayuno y el agua caliente.
- Daños a los equipos médicos. Estas consecuencias no son la única amenaza, ya que también pueden dañar los sofisticados equipos médicos que los hospitales emplean, poniendo en riesgo directo a los pacientes que dependen de ellos. Desde un punto de vista económico, implicaría la necesidad de dedicar recursos a la reparación de equipos, algunos valorados en millones de euros.
- Ciberataques y riesgos de seguridad. En la última década, un nuevo frente de peligro se ha abierto en forma de ciberataques contra los sistemas informáticos de los centros médicos y el robo de datos. Un ejemplo es el ciberataque sufrido por el Hospital Clínic de Barcelona en 2023, que robó datos sanitarios de pacientes, ensayos clínicos e información personal de los profesionales , obligando a desprogramar visitas durante semanas.
- Falta de flexibilidad. Una infraestructura eléctrica obsoleta o diseñada sin visión de futuro limita la capacidad de adaptación del hospital frente a imprevistos. La falta de agilidad para redistribuir cargas, alimentar nuevos equipos o crecer según las necesidades lastra la agilidad operativa de los centros sanitarios.
- Daños en los sistemas de respaldo. Los fenómenos meteorológicos extremos, además de lastrar el suministro eléctrico normal, pueden dañar los sistemas de respaldo y hacer inservibles estas reservas en áreas críticas como Urgencias o Unidades de Cuidados Intensivos.
- Problemas de comunicación y coordinación. No podemos olvidar tampoco que los problemas en el suministro eléctrico interrumpen los sistemas de comunicación y de alerta temprana, dificultando la coordinación entre el personal médico y los equipos de respuesta ante emergencias. Una situación de crisis requiere una reacción ágil y bien orquestada, algo inviable sin las herramientas tecnológicas adecuadas.
Tecnologías innovadoras que mejoran la atención al paciente
Los hospitales y centros sanitarios, tanto públicos como privados, están emprendiendo una auténtica revolución tecnológica para reforzar su resiliencia y mejorar la atención a los pacientes.
Algunas de las iniciativas predominantes en estos momentos son las soluciones para garantizar un suministro eléctrico ininterrumpido, sistemas avanzados de monitorización energética, plataformas de comunicación bidireccional entre personal sanitario y usuarios, y la constante actualización de planes y protocolos de seguridad con el apoyo de las tecnologías más punteras.
Un claro ejemplo de esta transformación es el Hospital Vithas Xanit Internacional en Málaga, donde desde Cuerva hemos tenido la oportunidad de proveer las infraestructuras eléctricas, implantar soluciones de llamada de enfermera, megafonía para evacuación, así como el circuito cerrado de televisión y control de accesos, entre otros. Todas estas medidas contribuirán a blindar la resiliencia de estas instalaciones sanitarias.
Tecnologías de suministro energético y respaldo
Para evitar los riesgos derivados de interrupciones en el suministro eléctrico, los hospitales están apostando por tecnologías de generación y almacenamiento de energía propias para apuntalar su resiliencia energética.
Una de las opciones más extendidas son las instalaciones fotovoltaicas con respaldo de baterías, que permiten obtener electricidad renovable durante las horas de sol y acumularla para disponer de autonomía en caso de cortes. El Hospital Viamed San José de Murcia, por su parte, ha implementado una planta de hidrógeno verde.
En países con infraestructuras más precarias que las nuestras, este tipo de soluciones han demostrado ser una cuestión de vida o muerte. En la región de Kivu del Sur, en República Democrática del Congo, el uso de baterías de iones de litio con paneles solares provee electricidad de forma continuada al hospital provincial en una zona caracterizada por frecuentes cortes de red.
Tecnologías para la monitorización y prevención de riesgos en el sistema energético
Sin embargo, dotarse de fuentes de suministro y respaldo energético fiables no es suficiente en la actualidad. Para maximizar la resiliencia de las instalaciones eléctricas hospitalarias y centros sanitarios, hay que implementar sistemas avanzados de monitorización que nos ayuden a anticipar y prevenir riesgos de forma proactiva.
Estas tecnologías disruptivas ayudan a la gestión inteligente de todo tipo de edificios gracias a su capacidad de recopilar y analizar en tiempo real datos procedentes de sensores repartidos por todo el edificio y en la propia infraestructura eléctrica. Parámetros como la calidad del aire interior, los niveles de CO2, la temperatura o humedad son escrutados por estas herramientas. De este modo, los sistemas detectan cualquier anomalía de forma temprana y posibilitan respuestas rápidas y eficaces ante cualquier eventualidad, minimizando el impacto en la asistencia médica.
Sus beneficios no se agotan ahí, ya que también optimizan la eficiencia energética, reducen la huella de carbono de los hospitales y minimizan la factura eléctrica.
Tecnologías de comunicación
Esta creciente digitalización está impulsando la adopción de numerosas soluciones tecnológicas orientadas a mejorar la comunicación, tanto entre el personal sanitario con los pacientes, como entre todos los usuarios del centro, independientemente de que sean trabajadores, pacientes o acompañantes.
Entre el personal sanitario, los sistemas de llamada de enfermera están experimentando una auténtica revolución gracias a las últimas innovaciones inalámbricas. Las soluciones más modernas funcionan a través de redes WiFi-IP o mediante dispositivos portátiles, permitiendo a los pacientes generar alertas y avisos al personal médico de forma rápida, sencilla y ubicua desde cualquier lugar.
Otra solución son las plataformas de megafonía y avisos de emergencia. Especialmente concebidas para edificios de uso público, permiten emitir mensajes claros y localizados sobre cualquier incidencia a todos los ocupantes.
Ya sea para notificar un incendio, un fallo en el suministro eléctrico u otra contingencia, estas herramientas reducen el caos y la confusión, facilitando la rápida evacuación si fuera necesario. Con funciones adicionales, como su integración en sistemas de detección y extinción de incendios, se han convertido en tecnologías indispensables para reforzar la seguridad hospitalaria ante cualquier eventualidad.
Gestión de emergencias: la importancia de planes y protocolos de seguridad eléctrica
La incorporación de todas estas tecnologías deben ir unidas a una revisión y actualización constante de los planes de evacuación y protocolos de seguridad. Estas guías maestras tienen que describir de forma clara y precisa las acciones a seguir por parte de los ocupantes en emergencias.
Estos protocolos contemplan las diferentes fases de la gestión de emergencias y “desmenuzan” los procedimientos en cada una de ellas: prevención, detección, respuesta inicial y recuperación de los sistemas.
Evaluaciones periódicas de riesgos en las infraestructuras eléctricas, identificación de puntos críticos y fuentes potenciales de siniestros, descripción de los procedimientos de detección y alerta temprana, definición de las pautas para la comunicación y aviso efectivo a todos los ocupantes, planes de recuperación y vuelta a la normalidad, verificación de daños… Estas acciones son una mínima parte de todo lo que deben contemplar unos documentos cuyos planes de actuación deben actualizarse según las innovaciones tecnológicas implementadas y los cambios en las propias instalaciones .
Asimismo, la señalización, la iluminación de emergencia o las puertas automáticas, por ejemplo, deben auditarse periódicamente para garantizar su correcto funcionamiento en caso de emergencia.
El camino hacia los hospitales inteligentes
Los responsables de centros hospitalarios son plenamente conscientes de que la transformación digital de la sanidad es un proceso imparable. Se trata de una transición que requiere renovar y adaptar las infraestructuras eléctricas, con el objetivo de lograr una digitalización plena que les permita alcanzar la máxima resiliencia y continuidad operativa y que garantice una atención médica segura y de calidad.
En el caso de España, esta revolución cuenta con el empuje de iniciativas como la Estrategia de Salud Digital, dotada con más de 700 millones, o el PERTE de Salud de Vanguardia, que contempla la inversión de más de 982 millones para el desarrollo de soluciones digitales disruptivas que permitirán afrontar con garantías los nuevos retos asistenciales.
Son unos objetivos donde la inactividad o la pérdida de comunicación entre profesionales y pacientes no tienen cabida, al poder marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por ello, las soluciones basadas en Internet de las Cosas (IoT), sistemas de gestión energética avanzados e instalaciones eléctricas inteligentes son los pilares de los nuevos hospitales inteligentes y los garantes de esa resiliencia tan ansiada.
Para que funcionen con eficacia y sean una realidad, contar con una infraestructura eléctrica digitalizada e inteligente es clave . Más aún con las constantes innovaciones digitales en el ámbito médico que, como el uso de la Inteligencia Artificial, son más exigentes en cuanto al consumo energético.
En Cuerva somos parte activa de esta revolución hacia los centros sanitarios cada vez más inteligentes, resilientes y seguros. Como expertos en la digitalización de instalaciones eléctricas y el diseño de soluciones integrales de audio, vídeo, datos, comunicaciones y automatización, ponemos la seguridad y el bienestar de los usuarios como nuestra máxima prioridad.
Trabajando mano a mano con los responsables de infraestructuras sanitarias, como los del Hospital Vithas Xanit Internacional de Málaga o el Hospital Chare de Roquetas de Mar, proveemos de tecnología puntera para conseguir la resiliencia demandada. Porque solo los hospitales que estén preparados energéticamente al 100% serán capaces de ofrecer una asistencia médica de calidad y de vanguardia.
Contacta con nosotros para ser tu aliado en la transformación de tus instalaciones y operativa diaria.