Corredor ecológico, ¿por qué es importante para la biodiversidad?
Los corredores ecológicos, entendidos como configuraciones del paisaje destinadas a garantizar la conectividad, deben dar soporte a un amplio espectro de tipos de trasiegos bióticos.
Un corredor ecológico, también conocido como corredor verde o corredor ambiental, es un área que conecta espacios naturales valiosos para la flora y la fauna, facilitando procesos ecológicos clave como el intercambio genético y la migración de especies.
Según un informe de WWF y datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), España es el país más rico en biodiversidad de la Unión Europea, pero, al mismo tiempo, es uno de los más vulnerables a su pérdida, con más especies amenazadas. Esto es en buena parte debido a la merma y fragmentación de hábitats a causa de la construcción de infraestructuras como carreteras, la deforestación o la agricultura intensiva.
En este contexto, los corredores ecológicos se presentan como una solución a esta problemática al conectar físicamente espacios, evitando dicha fragmentación y el aislamiento de especies, así como se posicionan como una estrategia clave para adaptar los entornos urbanos a las nuevas condiciones climáticas. Y es que, gracias a ellos, es posible preservar la diversidad biológica, favoreciendo la migración e interrelación de especies silvestres.
A continuación, te explicamos qué es un corredor ecológico, qué tipos hay, cuáles son sus ventajas y te proporcionamos algunos de los ejemplos más destacados.
¿Qué es un corredor ecológico?
El artículo 3 de la Ley 33/215, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad define un corredor ecológico como un «territorio, de extensión y configuración variables, que, debido a su disposición y a su estado de conservación, conecta funcionalmente espacios naturales de singular relevancia para la flora o la fauna silvestres, separados entre sí, permitiendo, entre otros procesos ecológicos, el intercambio genético entre poblaciones de especies silvestres o la migración de especímenes de esas especies».
De este modo, el principal propósito de un corredor ecológico es unir dos o más zonas naturales ―en ocasiones áreas protegidas existentes― que fueron desconectadas por la actividad humana (agricultura, ganadería, urbanización, infraestructuras, etc.), con el objetivo de preservar la diversidad biológica, favoreciendo la migración e interrelación de especies silvestres.
Tipos de corredores ecológicos
Atendiendo a la clasificación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), dependiendo de la extensión disponible y de sus funciones, existen los siguientes tipos de corredores ecológicos o corredores verdes:
- Corredores de conservación: tienen en torno a 1 km de ancho y se crean cuando la fragmentación es ya muy acuciante.
- Corredores biológicos: tienen entre 1 y 5 km de ancho. Su función es mantener en contacto dos ecosistemas.
- Macro corredores: tienen un ancho igual o superior a 5 km. Se establecen para reconectar unidades geográficas de grandes dimensiones que difieren en ecosistemas y clima.
Ejemplos de corredores verdes
A continuación, exploramos algunos ejemplos reales de corredores ecológicos que se han implementado en diversas regiones del mundo, con el objetivo de ilustrar cómo han contribuido no solo a la conservación de la biodiversidad, sino también a la restauración de ecosistemas y a la promoción de un equilibrio sostenible entre la naturaleza y la sociedad.
A través de estos casos concretos, podremos comprender mejor cómo los corredores ecológicos pueden ser herramientas poderosas para enfrentar los desafíos actuales de la pérdida de hábitat y el cambio climático, y cómo pueden inspirarnos a seguir trabajando en la construcción de un futuro más ecológico y resiliente.
Corredor Biológico Mesoamericano
El Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) es un puente natural para la migración de especies que abarca varios países de América del Sur y América del Norte.
Fue propuesto en los años 90, con fondos del Banco Mundial, para conectar y preservar los ecosistemas y la biodiversidad entre las dos Américas. Hoy en día, el CBM une varias áreas naturales protegidas de México, Centroamérica y el Caribe, contribuyendo a la propagación de especies de flora y fauna y facilitando su intercambio genético.
El corredor ecológico del río Guadiamar
El corredor ecológico del Guadiamar se encuentra en el suroeste de España, en la provincia de Andalucía. Discurre a lo largo del tramo medio del río Guadiamar (el último gran afluente del Guadalquivir) y conecta el Parque Nacional de Doñana con Sierra Morena.
Este pasadizo verde cumple importantes funciones ecológicas, ya que es un refugio para la avifauna acuática y la unión entre espacios naturales. Además, favorece el paso de biodiversidad entre el sector occidental de la sierra (al norte con Doñana) y los pinares de Aznalcázar (en el sur).
Madrid Río, corredor ecológico urbano
El corredor verde urbano de Madrid Río se encuentra en la ciudad de Madrid y se extiende a lo largo de las riberas del río Manzanares, el cual atraviesa la ciudad.
Este parque lineal da lugar a un gran corredor ambiental desde Getafe hasta el monte de El Pardo, uniendo grandes áreas verdes anteriormente inconexas, como la Casa de Campo, el parque del Oeste, el de San Isidro y los parques del Manzanares Sur y Norte. Cubre, en total, unas 3.500 hectáreas.
Además, vertebra y da continuidad a grandes espacios verdes a lo largo del río Manzanares, incluidos los liberados del tráfico por el soterramiento de la M-30.
Ventajas de establecer un corredor ambiental
El establecimiento de un corredor ecológico natural es una estrategia efectiva de conservación. Según WWF, “por medio de estos pasajes, los animales pueden trasladarse de un territorio a otro y buscar nuevas oportunidades para su supervivencia, ya que factores como el calentamiento global, la escasez de comida o el choque con humanos los obligan a desplazarse”.
Sin embargo, esta es una de las muchas ventajas que ofrece un corredor ecológico. A continuación, te presentamos algunas más:
- Mantienen la variabilidad genética poblacional.
- Conservan o aumentan la biodiversidad en el territorio al dar continuidad a los espacios verdes y permitir la migración y el intercambio genético.
- Incrementan el tamaño de poblaciones de especies.
- Reducen las tasas de extinción y permiten restablecer especies y poblaciones localmente extintas.
- Proveen hábitats heterogéneos para aquellas especies que los requieren para su ciclo de vida.
- Proveen áreas de desplazamiento, alimentación y de cobertura contra depredadores.
Asimismo, si aplicamos estos corredores ecológicos en zonas urbanas, conectando áreas naturales destacadas dentro de la ciudad, a estos beneficios se suman otros como los siguientes:
- Disminuyen la contaminación, tanto atmosférica como acústica.
- Reducen la temperatura del aire ambiente y evitan las islas de calor urbanas.
- Mejoran los índices de salud y aumentan el bienestar de las personas.
- Constituyen un oasis para la biodiversidad urbana.
Importancia de los corredores ecológicos en la construcción de ciudades más sostenibles
Si bien España destaca como líder en diversidad biológica en Europa por su gran variedad de ecosistemas y especies silvestres autóctonas que la convierten en uno de los 25 hotspots de biodiversidad del mundo, en las últimas décadas, se enfrenta a un desafío: la pérdida de esta herencia natural, tal como se ha declarado en la Convención sobre Diversidad Biológica. La fragmentación de la naturaleza y el aislamiento de las poblaciones son retos que requieren de soluciones efectivas y sostenibles.
En este sentido, como ya hemos mencionado, los corredores ecológicos emergen como una estrategia fundamental para restaurar y conservar dicha biodiversidad, así como son, además, una estrategia crucial de adaptación al cambio climático.
Y es que no podemos pasar por alto la importancia de los corredores ecológicos urbanos, ya que no solo promueven una conexión entre la fauna y la flora locales, sino que también contribuyen a la construcción de ciudades más sostenibles, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por la ONU y una necesidad apremiante si queremos acelerar la transición hacia un futuro más verde para mitigar los efectos del cambio climático.