La ciudad del futuro y los distritos de energía positiva
El futuro de la sociedad, la ciudad y la energía es un tema apasionante que nos invita a reflexionar sobre cómo los avances tecnológicos y la inteligencia artificial están transformando nuestro mundo y nuestra forma de relacionarnos con él, y sobre todo, imaginar cuáles son las transformaciones que están por venir.
Para ello hemos contado con Víctor Troyano, Director de Conceptualización en Urbania como invitado para hablar sobre los distritos de energía positiva.
La evolución de los hábitos de consumo
La sociedad del futuro estará caracterizada por un cambio significativo en los hábitos de consumo. El acceso a una cantidad infinita de información y la posibilidad de adquirir bienes o servicios en tiempo real a través de la red están transformando la forma en que llevamos a cabo nuestras compras y la adquisición de servicios.
Es un hecho que los más jóvenes priorizan el consumo de experiencias sobre los bienes, y que el servicio ha pasado a un primer lugar de demanda, en detrimento de la propiedad. Entre las nuevas generaciones es común el uso de aplicaciones que ofrecen desde servicios de streaming para visualización de contenido audiovisual hasta servicios de movilidad compartida.
En este sentido, la energía no es una excepción. En el futuro, el consumo de energía estará más centrado en la eficiencia y la sostenibilidad. Las personas estarán más informadas y tendrán más opciones para elegir fuentes de energía renovable, eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Además, la tecnología facilitará la automatización de la gestión energética, lo que reducirá el consumo eléctrico y disminuirá las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las compañías telefónicas, por ejemplo, ya están implementando nuevos sistemas tecnológicos que permiten reducir más de un 80% el consumo de energía en las redes de 5G, lo que han denominado el 5G+.
La ciudad del futuro
La ciudad del futuro será una ciudad inteligente, conectada y sostenible. La tecnología será clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, aumentar la eficiencia energética y mejorar la gestión de los recursos.
Las ciudades inteligentes ya están empezando a ser una realidad. Gracias a la implementación de tecnologías, hoy en día ya se disponen de ingentes cantidades de datos sobre tráfico, calidad del aire, gestión de residuos, gestión de los recursos hídricos y alumbrado público, entre otros. La recopilación de datos y la posibilidad de programar acciones a llevar a cabo en función de los mismos permitirá una gestión más eficiente y personalizada de los servicios e infraestructuras, lo que hará que las ciudades sean más habitables y respetuosas con el medio ambiente.
Las redes inteligentes, o Smart Grids, serán capaces de gestionar la producción y el consumo de energía en tiempo real, permitiendo ajustar la oferta y la demanda de energía en función de las necesidades reales de la ciudad. De esta manera, se reducirá el consumo energético, lo que provocará un impacto positivo a nivel económico y ecológico.
La energía del futuro
La energía del futuro será renovable, eficiente y sostenible. En la actualidad, se están investigando nuevas formas de producción y almacenamiento de energía renovable, como la energía solar, la energía eólica, la energía hidroeléctrica y la energía geotérmica.
Además, la inteligencia artificial será clave para mejorar la eficiencia energética. La IA permitirá la optimización de la producción y distribución de energía, lo que reducirá los costos y aumentará la sostenibilidad energética. También se están investigando nuevas tecnologías de almacenamiento de energía, como las baterías de iones de litio y el hidrógeno, que permitirán el almacenamiento de energía renovable y su distribución de manera más eficiente.
En el corto plazo, tanto en el ámbito privado como en el público, se contarán con sistemas de almacenamiento de energía que permitirán una optimización de la generación y distribución eléctrica.
Los distritos de energía positiva
Un Distrito de Energía Positiva (DEP) es una iniciativa de planificación energética que tiene como objetivo producir más energía renovable de la que consume, logrando así un balance energético positivo. En otras palabras, se trata de un área urbana que se abastece de energía renovable localmente generada y que además es capaz de exportar el excedente de energía producida a otras zonas cercanas.
Para lograr este objetivo, un DEP utiliza diversas tecnologías y estrategias energéticas, como la generación distribuida de energía renovable a través de paneles solares, turbinas eólicas y sistemas geotérmicos. También puede incluir el almacenamiento de energía en baterías y la gestión inteligente de la demanda, mediante la implementación de redes inteligentes (smart grids), sistemas de medición y control en tiempo real, y la automatización de procesos energéticos.
La idea detrás de los DEP es fomentar la transición hacia un sistema energético más sostenible y descentralizado, en el que los ciudadanos y las empresas puedan participar activamente en la producción y gestión de energía. Los DEP fomentarán, por lo tanto, la mejora de la calidad del aire, la economía local y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Algunos ejemplos de DEP en todo el mundo incluyen el Distrito de Energía Positiva de Fortum en Espoo, Finlandia, que utiliza paneles solares y turbinas eólicas para producir más energía de la que consume; el proyecto de Distrito de Energía Positiva de Islington en Londres, que involucra la instalación de sistemas de generación distribuida de energía renovable y la mejora de la eficiencia energética de edificios; y el Distrito de Energía Positiva de Sonderborg en Dinamarca, que ha logrado reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% mediante la implementación de diversas estrategias energéticas innovadoras.
En resumen, los DEP son una estrategia innovadora y prometedora para la planificación energética urbana, que puede ayudar a fomentar la transición hacia un sistema energético más sostenible y descentralizado, y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Distrito Zeta
Alineado con los objetivos de independencia económica, el ámbito urbano de Distrito Zeta contará con infraestructura de captación de energía renovable que se utilizará para usos como el alumbrado público de viarios y zonas verdes.
El barrio también dispondrá sensores para la detección de presencia de tráfico rodado o peatonal en los viales de mayor relevancia, con idea de adecuar la intensidad lumínica a la situación detectada.
De esta forma, se pretende reducir el consumo eléctrico en el ámbito urbano al mínimo posible, a la vez que se sienta un precedente en la ciudad de Málaga, a modo de ejemplo para el resto de los desarrollos urbanos de la conurbación.
Conclusiones
En conclusión, el futuro de la sociedad, la ciudad y la energía está estrechamente ligado a la evolución de los hábitos de consumo y la aplicación de nuevas tecnologías e inteligencia artificial. Las ciudades inteligentes ofrecen un gran potencial para mejorar la calidad de vida de las personas y hacer un uso más eficiente de la energía, pero su éxito dependerá en gran medida de la colaboración y el compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos.
Es importante destacar que, aunque las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial pueden ser muy útiles, también pueden plantear desafíos y riesgos. Por lo tanto, es crucial que la transición hacia una sociedad más sostenible y tecnológica se realice de manera justa y equitativa, teniendo en cuenta a todas las partes interesadas.
En última instancia, el futuro de la sociedad, la ciudad y la energía dependerá de nuestras decisiones y acciones presentes. Debemos trabajar juntos para encontrar soluciones sostenibles e innovadoras para enfrentar los desafíos actuales y crear un futuro más próspero y equitativo para todos.