Descarbonización industrial: camino hacia la eficiencia



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En las fábricas de España, hornos que alcanzan temperaturas de más de 1.200 grados siguen trabajando sin descanso las 24 horas del día impulsados por combustibles fósiles. Pero esos mismos espacios conviven ya con una visión completamente diferente: un futuro más verde, eficiente y sostenible. Conseguir la descarbonización industrial ha dejado de ser una utopía para convertirse en una realidad alcanzable que definirá qué empresas liderarán la economía del siglo XXI.
centro de la estrategia nacional: España afronta el reto de su reindustrialización para ganar en autonomía, resiliencia energética y sostenibilidad.
Según los datos de la Unión Europea, el sector industrial es el tercero que más emisiones de Gases de Efecto Invernadero produce (20,3%), por lo que avanzar en su descarbonización, además de reducir emisiones, también favorece la competitividad al reducir la vulnerabilidad derivada de la dependencia del gas o el petróleo.
Algo que es posible con la tecnología disponible hoy en día. Al respecto, el Instituto Fraunhofer, Alemania, asegura que es viable descarbonizar el 90% de la industria para 2035. La meta es enorme, pero posible.
cada industria requiere soluciones específicas que combinen eficiencia energética con viabilidad económica y productividad. ¿Quieres saber cuáles son?
Disparidad en el avance de las empresas industriales
Las empresas industriales se enfrentan a desafíos idénticos: reducir los altos costes energéticos, competir contra países con regulaciones más laxas y minimizar sus emisiones contaminantes para adaptarse a normativas cada vez más exigentes. Sin embargo, la dificultad de avanzar en la descarbonización industrial depende, y mucho, del tipo de actividad.
el tejido industrial distingue dos grandes grupos de actividad. Por un lado, las industrias cuyos procesos requieren temperaturas inferiores a los 500 grados. Por otro lado, las que superan ese umbral y se enfrentan a retos mucho más complejos.
Las primeras, como la alimentaria, farmacéutica o la textil, disponen de más opciones tecnológicas. Pueden apostar por la electrificación con energías renovables o los contratos de compraventa de energía a largo plazo (PPA). En cambio, las gasintensivas como la cerámica, química o la siderurgia sufren mayores barreras técnicas que complican su transición hacia modelos más sostenibles y eficientes.
las soluciones existen, pero están en desarrollo o resultan económicamente inviables a día de hoy. Según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos, las industrias de alta intensidad requerirán inversiones entre 56.619 y 81.613 millones de euros para su electrificación e implementación de hidrógeno verde. Una cifra que multiplica por 10, o más, su facturación anual.
descarbonización industrial, además de tecnología, también necesita modelos de financiación innovadores y colaboración público-privada.
Beneficios de la descarbonización
Las empresas que apuestan por esta transformación verde descubren ventajas que, además de influir positivamente en el medio ambiente, repercuten directamente en su cuenta de resultados y posicionamiento de marca. En concreto, los principales beneficios de la descarbonización industrial son:
- Acceso a energía más asequible. La generación de energía por medio de fuentes renovables reduce la dependencia de los combustibles fósiles, lo que también les aleja de las fluctuaciones de precios, garantizando costes estables a largo plazo.
- Mayor resiliencia. Esta apuesta por la diversificación energética minimiza riesgos ante crisis geopolíticas capaces de poner en peligro el suministro energético.
- Reducción de emisiones contaminantes. La disminución del impacto ambiental contribuye directamente a la lucha contra el cambio climático global y al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, 9, 11, 13, 14 y 15.
- Prevención de multas regulatorias. Europa está desarrollando regulaciones medioambientales, estableciendo objetivos y plazos para la reducción de emisiones. La descarbonización industrial ayuda a lograr los niveles de reducción de emisiones establecidos.
- Mejora de la salud comunitaria. La reducción de contaminantes locales beneficia la salud de trabajadores y comunidades cercanas.
- Fortalecimiento de la imagen corporativa. La responsabilidad social corporativa asociada a la descarbonización industrial mejora la reputación de marca y ayuda a atraer talento comprometido con la sostenibilidad.
- Creación de empleo cualificado. La transición energética genera nuevos puestos de trabajo especializados en tecnologías limpias y eficiencia energética.
Estrategias y tecnologías para la transformación verde de la industria
Convertir estos beneficios en realidades exige algo más que buenas intenciones. Requiere una hoja de ruta clara, una estrategia empresarial alineada con el cambio y la tecnología. La descarbonización industrial no se logra con un único gesto, sino a través de decisiones que abarcan desde la gestión energética hasta la automatización de procesos. Las soluciones existen. Lo urgente es ponerlas en marcha.
Estrategias
- Plan de gestión integral de la energía. Con un plan estructurado, identificamos las oportunidades de mejora en cada proceso de nuestra empresa. Con él, sabemos qué consumos analizar, detectamos ineficiencias y establecemos objetivos medibles. Este plan energético también incluirá la formación del personal y la realización de auditorías energéticas.
- Gestión de recursos y materias primas. Apostar por la economía circular para optimizar el uso de materiales mediante el reciclaje y la reutilización de los mismos, también nos ayudará a descarbonizar la industria y minimizar la generación de residuos, a la vez que creamos valor económico y reducimos el impacto ambiental.
- Análisis de datos. Cualquier estrategia requiere el análisis de datos para tomar decisiones basadas en información y no en suposiciones. Aquí, la Inteligencia Artificial nos ayuda a identificar patrones de consumo y predecir necesidades y optimizar el funcionamiento de las instalaciones industriales.
Tecnologías
- Energías renovables y electrificación. Generar energía limpia y utilizarla de forma eficiente son dos pilares inseparables de la descarbonización industrial. El autoconsumo industrial fotovoltaico, las miniturbinas eólicas, las calderas de biomasa o los generadores de biogás posibilitan que las industrias generen su propia electricidad y reduzcan su dependencia de fuentes externas. Su integración con bombas de calor industriales permite electrificar procesos térmicos como la calefacción, el secado o la producción de calor de baja temperatura. Según el informe de Fraunhofer ISI, el 60% de la demanda energética industrial europea ya puede cubrirse con tecnologías eléctricas disponibles.
- Nuevos vectores energéticos. El hidrógeno verde se está perfilando como una solución estratégica para procesos de alta temperatura y en sectores industriales difíciles de electrificar. Producido por electrólisis a partir de energías renovables, elimina las emisiones a lo largo de todo su ciclo de vida. Junto a él, el biometano aprovecha residuos orgánicos para generar gas renovable compatible con las infraestructuras industriales existentes. Las biorrefinerías, por su parte, integran distintos procesos de valorización de biomasa para generar productos químicos sostenibles.
- Tecnologías de captura de carbono. Las soluciones de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) son una opción especialmente valiosa en sectores industriales con emisiones difíciles de eliminar, como el cemento o el acero. El carbono “guardado” puede convertirse en combustibles sintéticos, productos químicos o incluso materiales de construcción.
- Tecnologías de automatización. La sensorización y el Internet de las Cosas (IoT) están cambiando la forma en que la industria gestiona su energía. Los sensores recopilan datos de temperatura, presión, flujos y consumos eléctricos en tiempo real y envían la información a sistemas de control automático que ajustan los procesos al instante y sin intervención humana, ahorrando energía y aumentando la productividad.
Retos y oportunidades de la descarbonización industrial
Los beneficios están claros. Las estrategias y tecnologías, identificadas. Pero avanzar hacia la descarbonización industrial sigue siendo un camino plagado de obstáculos. Las empresas que deciden avanzar en esta descarbonización industrial se enfrentan a desafíos técnicos, económicos y normativos que no pueden afrontar en solitario.
visión a largo plazo, compromiso y colaboración entre administraciones, compañías energéticas, industria y operadores del sistema eléctrico. Las oportunidades existen y los resultados compensan las dificultades actuales, pero solo los alcanzaremos si resolvemos las barreras que hoy frenan el cambio.
incertidumbre regulatoria y fiscal, que generan dudas y recelos en las decisiones de inversión. No en vano, las empresas necesitan marcos normativos estables que garanticen la rentabilidad de proyectos a largo plazo. Sin esa previsibilidad, muchos proyectos vinculados a la descarbonización industrial se ralentizan o se posponen, perdiendo impulso justo cuando más necesitamos avanzar.
la infraestructura actual no siempre puede absorber la demanda creciente derivada de la electrificación y el autoconsumo renovable y, según la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), las distribuidoras denegaron el 49% del acceso a la red para centros de datos e industrias por falta de capacidad en 2024.
A esto se suma la dificultad que tienen los sectores electrointensivos, como los ya mencionados de la siderurgia y la cerámica. En muchos casos, aún no disponen de tecnologías maduras y competitivas que les permitan sustituir el gas natural de forma económicamente viable. La falta de alternativas factibles a gran escala deja a estas industrias en una posición de desventaja en el proceso de descarbonización industrial.
PERTE de Descarbonización Industrial
Para hacer frente a algunos de estos obstáculos, el Gobierno ha puesto en marcha el PERTE de Descarbonización Industrial, una iniciativa que contempla una inversión pública de 3.170 millones de euros. El objetivo: acelerar la evolución del tejido productivo hacia modelos más sostenibles, eficientes y competitivos.
Según sus previsiones, este programa movilizará alrededor de 11.800 millones de euros gracias a la participación del sector privado y evitará la emisión de 13 millones de toneladas de CO₂ anuales procedentes de la industria. Hasta el momento, casi 100 industrias ya se han beneficiado de ayudas para desarrollar proyectos de descarbonización industrial.
Los retos son muchos y urgentes. Y no todos van a resolverse de forma inmediata y sencilla. Pero las ventajas de sumarse a esta revolución verde industrial también son grandes. Además de visión, compromiso y planificación a medio y largo plazo, la descarbonización industrial requiere empezar ya.
Historias de transformación sostenible
Todas estas palabras se convierten en hechos y cobran sentido cuando las empresas dan el paso definitivo hacia la sostenibilidad. En Cuerva, lo sabemos porque lo hemos vivido de cerca, colaborando con empresas de distintos sectores industriales que han decidido apostar por la sostenibilidad como parte esencial de su estrategia.
Aceites Maeva y Bidafarma lo demuestran. Ejemplos que reflejan cómo el compromiso y la valentía empresarial pueden convertir los desafíos energéticos en una ventaja competitiva, inspirando a otras organizaciones a emprender su propio camino hacia la eficiencia energética en la industria.
- Aceites Maeva
En su planta de fabricación, hemos instalado 1.395 módulos solares con una capacidad de 450 Wp cada uno, posicionado a Aceites Maeva como un referente de la sostenibilidad dentro del sector alimentario. En la actualidad, la instalación fotovoltaica evita la emisión de 364 toneladas de CO₂ al año.
- Bidafarma
En Bidafarma hemos cambiado su modelo energético mediante la instalación de paneles solares fotovoltaicos de autoconsumo con los que esta cooperativa farmacéutica genera 389,07 MWh anuales de electricidad renovable, lo que le permite cubrir una parte sustancial de su demanda energética y ahorrar un 42% en costes energéticos.
Un socio en tu camino hacia la descarbonización industrial
Como demuestran los casos de Aceites Maeva y Bidafarma, la descarbonización industrial es una gran oportunidad para generar valor económico, ambiental y social. Hoy, más que nunca, avanzar hacia una industria más limpia no es solo una decisión técnica: es una apuesta por el futuro de la compañía.
Las tecnologías avanzan cada vez más rápido y las estrategias de eficiencia energética se consolidan dentro de las empresas industriales como pilares para ganar competitividad y cumplir con los objetivos climáticos.
Pero para que esta evolución sea real y duradera, administraciones, empresas, asociaciones y agentes tecnológicos debemos avanzar juntos. El PERTE de Descarbonización Industrial marca el camino: cooperación público-privada al servicio de una industria moderna, digitalizada y baja en carbono.
ayudamos a las industrias a transformar su relación con la energía, logrando ahorros económicos y minimizando el impacto ambiental y su huella de carbono. ¿Está tu empresa preparada para liderar la descarbonización industrial de su sector?
Si es así, contacta con nosotros y descubre cómo podemos construir juntos un futuro más limpio y próspero para las próximas generaciones.
