Almacenamiento de energía solar: ¿cuál es el mejor método?


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El almacenamiento de energía solar es una solución clave para maximizar el aprovechamiento de esta fuente renovable y mejorar el uso inteligente de la electricidad. Un ejemplo destacado es la solución que estamos implementando desde Cuerva para Helados Nordwik, que ha consistido en la integración de un sistema de almacenamiento energético con su instalación fotovoltaica existente, dentro de la iniciativa europea de I+D ENFLATE. Gracias a la incorporación de baterías Pylontech con una capacidad de 120 kWh, junto con cargadores e inversores de Victron Energy que suman una potencia total de 42 kW, la empresa podrá gestionar mejor su suministro energético.
Este caso práctico nos introduce directamente de lleno en el tema central del artículo: el almacenamiento de energía solar. Se trata de una fuente limpia, inagotable y renovable, pero su aprovechamiento pleno depende de un sistema eficiente de almacenamiento. La clave está en poder guardar el excedente de energía generado durante el día para utilizarlo en momentos de baja o nula radiación solar. Contar con una solución adecuada reduce la dependencia de la red eléctrica y también optimiza el consumo energético, lo cual contribuye a la mejora de la rentabilidad de las instalaciones solares.
¿Cómo se almacena la energía solar?
La energía solar se almacena principalmente en baterías, sistemas térmicos o mediante hidrógeno, lo cual permite su uso cuando no hay radiación solar o en periodos nocturnos. Cada método tiene ventajas e inconvenientes según la eficiencia, las aplicaciones, los costes y la accesibilidad:
- Baterías solares: almacenan la electricidad generada por los paneles fotovoltaicos. Ofrecen una alta eficiencia energética, ya que hasta el 95% de la energía almacenada se puede recuperar. Son ideales para el autoconsumo doméstico y comercial, aunque requieren una inversión inicial elevada. No obstante, su precio disminuye a medida que la tecnología avanza y se populariza.
- Almacenamiento térmico: utiliza el calor del sol para calentar agua o aire, lo que permite su uso en calefacción, agua caliente sanitaria y procesos industriales. Aunque es una solución más económica, su eficiencia es menor debido a las pérdidas de calor con el tiempo. Además, está limitado a aplicaciones específicas, como la climatización de edificios, el suministro de agua caliente en hogares y hoteles, y ciertos procesos industriales que requieren calor constante, como la producción de alimentos o textiles.
- Almacenamiento en hidrógeno: consiste en convertir la electricidad en hidrógeno mediante electrólisis. Es una solución emergente para el almacenamiento a largo plazo, con el potencial de ser utilizada en aplicaciones a gran escala. Sin embargo, su eficiencia es baja porque el proceso de conversión y reconversión de energía conlleva pérdidas significativas. Actualmente, es una tecnología costosa y en desarrollo, con infraestructuras aún limitadas.
- Baterías virtuales: en lugar de acumular electricidad en baterías físicas, la energía excedente generada por los paneles solares se inyecta en la red eléctrica y el usuario recibe una compensación económica o créditos de energía que puede utilizar cuando su producción solar no es suficiente. Este modelo es ideal para quienes no quieren o no pueden invertir en baterías físicas, pero desean maximizar el valor de su producción solar. Su viabilidad depende de la regulación del mercado eléctrico en cada país y de la existencia de tarifas de compensación adecuadas para que el usuario obtenga un beneficio real.
¿Cuál es la mejor manera de almacenar energía solar?
No hay una única solución perfecta, sino que la elección del sistema de almacenamiento depende del uso, la capacidad de inversión y la eficiencia deseada. Actualmente, las baterías solares son la opción más popular y extendida en viviendas e industrias, pero otras tecnologías pueden ser más adecuadas en diferentes contextos. Estos son los principales factores a considerar:
- Capacidad y eficiencia energética: cuánta energía puede almacenar un sistema y qué porcentaje se aprovecha sin pérdidas. Un sistema eficiente permite utilizar la mayor parte de la energía almacenada sin desperdicio.
- Durabilidad y ciclo de vida: cuántos años o ciclos de carga puede soportar un sistema sin perder rendimiento. Algunas baterías pueden durar más de una década, mientras que otros métodos pueden requerir reemplazos más frecuentes.
- Coste inicial vs. ahorro a largo plazo: es fundamental evaluar la inversión inicial frente al ahorro en la factura eléctrica con el tiempo. Aunque algunas soluciones pueden ser costosas en el momento de la instalación, su impacto en la reducción del consumo de la red puede hacerlas rentables a largo plazo.
¿Cuánto cuesta una batería para almacenar energía solar?
El precio de una batería solar varía según su tecnología, capacidad y marca. Estas son las principales opciones disponibles considerando un rango entre los 5 y 15 kWh:
- Baterías de litio: su precio oscila entre 1.500 € y 10.000 €, dependiendo de la capacidad y el fabricante. Ofrecen una mayor eficiencia y una vida útil más larga en comparación con otras tecnologías, lo que las convierte en la opción más utilizada para el autoconsumo doméstico y comercial.
- Baterías de plomo-ácido: son una alternativa más económica, con precios que van desde los 800 € hasta los 3.000 €. Sin embargo, su rendimiento es inferior al de las baterías de litio porque tienen una menor eficiencia y un ciclo de vida más corto.
- Baterías de flujo: se consideran una opción emergente con gran capacidad de almacenamiento y una vida útil prolongada. Sin embargo, aún están en desarrollo y su precio es elevado, lo que las hace menos accesibles para el consumidor medio.
Al precio de las baterías hay que sumar el coste de la instalación y de ciertos equipos adicionales para gestionar la carga y descarga, según las necesidades de cada proyecto de almacenamiento, que resulta del estudio técnico previo. En Cuerva, desde nuestra oficina técnica ofrecemos un servicio personalizado para analizar cada caso concreto y determinar la solución de almacenamiento más adecuada, tanto a nivel técnico como económico.
¿Cuánto tiempo se puede almacenar la energía solar en baterías?
La duración de la energía almacenada depende de la capacidad de la batería y del consumo energético*. Estos son los factores clave que influyen en la duración:
- Capacidad de la batería: cuanta más capacidad tenga una batería, más energía podrá almacenar y utilizar en ausencia de radiación solar.
- Autodescarga: algunas baterías pierden energía con el paso del tiempo, dependiendo de la tecnología utilizada. Las baterías de litio, por ejemplo, tienen una tasa de autodescarga muy baja en comparación con las de plomo-ácido.
- Consumo energético: cuanto mayor sea el consumo diario del hogar o industria, más rápido se agotará la batería. Un sistema bien dimensionado permite cubrir la demanda sin quedarse sin energía en momentos clave.
*A diferencia de las baterías físicas, donde la capacidad se mide en términos reales de energía almacenada y la autodescarga depende de la tecnología, las baterías virtuales son sistemas de registro y compensación de excedentes energéticos. En estos, la capacidad y el almacenamiento se establecen según acuerdos comerciales o reglamentaciones, sin implicar la existencia de un almacenamiento físico de energía.
Almacenamiento de energía solar, clave para un futuro sostenible
El almacenamiento de energía solar es una pieza fundamental para avanzar hacia un modelo energético más sostenible y eficiente. Permite aprovechar al máximo la energía generada por los paneles solares, lo que garantiza el suministro incluso en ausencia de radiación solar y reduce la dependencia de la red eléctrica.
Las baterías solares son la opción más utilizada para el autoconsumo. Aunque el precio sigue siendo una de las principales preocupaciones de los consumidores, la progresiva reducción de los costes y el ahorro en la factura eléctrica hacen de ellas una inversión rentable a medio y largo plazo. Además, las nuevas tecnologías de almacenamiento continúan desarrollándose, lo que promete mejorar la eficiencia y ofrecer más opciones en los próximos años.
La elección de la mejor forma de almacenar energía solar dependerá de las necesidades específicas de cada usuario, el presupuesto disponible y el uso energético previsto. En el contexto actual, el almacenamiento de energía solar es un pilar esencial para el desarrollo de las energías renovables y la transición hacia un sistema energético más limpio y autosuficiente.
En Cuerva, nos especializamos en asesorar a empresas para facilitar su transición energética. Contamos con una amplia gama de servicios, desde la integración de sistemas de almacenamiento eficientes hasta la optimización de instalaciones fotovoltaicas, apoyando a nuestros clientes en su camino hacia un futuro más sostenible. Cuéntanos cómo podemos ayudarte.
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