Cero energético: qué es, por qué ocurre y cómo se restablece el suministro


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El pasado 28 de abril de 2025, España vivió una situación excepcional: un cero energético. Este es un fenómeno poco habitual, pero de alto impacto, que dejó sin electricidad a prácticamente toda la península ibérica durante varias horas. Aunque aún se investigan las causas específicas de este evento, queremos explicar en qué consiste exactamente un cero energético, cómo se produce y qué procesos hacen posible restablecer el suministro de forma segura y eficaz. Un conocimiento esencial en un contexto donde la resiliencia energética cobra cada vez más importancia.
¿Qué es el cero energético?
El cero energético es una situación de colapso total del sistema eléctrico: una pérdida completa de suministro en una región extensa, a menudo a nivel nacional. A diferencia de un apagón parcial —limitado a zonas específicas por averías locales o sobrecargas—, el cero energético implica la desconexión total de generación y consumo.
Este fenómeno no debe confundirse con otros términos similares como “edificios de consumo energético casi nulo” o el concepto de “energía cero” vinculado a la eficiencia energética de construcciones. Aquí hablamos de una caída abrupta y generalizada del sistema eléctrico, donde la frecuencia de la red (habitualmente 50 Hz en Europa) se desploma hasta niveles que obligan a proteger los equipos y cortar el suministro por completo.
¿Por qué se produce un cero energético?
Aunque sea poco frecuente, un cero energético puede desencadenarse por diversas causas críticas:
- Fallos en grandes infraestructuras. El fallo simultáneo en varias plantas generadoras o estaciones transformadoras clave puede romper el equilibrio entre generación y demanda.
- Problemas en la red de transporte. Un error en la red de alta tensión puede generar un efecto dominó en cascada. Esto se conoce como colapso por falta de sincronización, y suele estar asociado a una gestión deficiente de flujos eléctricos en tiempo real
- Fenómenos meteorológicos extremos. Tormentas, incendios o inundaciones pueden dañar infraestructuras vitales o desconectar líneas críticas, agravando una situación de estrés en la red.
- Causas técnicas o ciberataques. Desde errores de software hasta ataques intencionados a los sistemas SCADA que monitorizan la red eléctrica, la digitalización trae consigo nuevos vectores de riesgo.
¿Qué ocurre cuando se produce un cero energético?
Las consecuencias de un cero energético son inmediatas: se pierde por completo el suministro eléctrico en las zonas afectadas. Esto tiene un impacto transversal en la sociedad y la economía.
- Infraestructuras críticas como hospitales, aeropuertos y redes de telecomunicaciones dependen de grupos electrógenos para mantener sus funciones vitales.
- Sistemas de transporte, incluyendo trenes y semáforos, se paralizan.
- Empresas industriales y servicios estratégicos interrumpen su actividad, con potenciales pérdidas millonarias.
La resiliencia energética se convierte aquí en el pilar fundamental. Cuanto más preparados estén los actores del sistema (generadores de energía, distribuidoras, operadores, industrias), menor será el tiempo de interrupción.
¿Cómo se restablece el suministro tras un cero energético?
El restablecimiento del suministro eléctrico después de un cero energético no es inmediato. Requiere una estrategia técnica compleja y altamente coordinada entre operadores del sistema (REE en España), empresas distribuidoras como Cuerva, y generadores.
- Reconstrucción de la red desde cero (black start): se inicia desde centrales capaces de arrancar sin conexión externa (hidráulicas o de ciclo combinado con autonomía).
- Reconexionamiento progresivo: se energizan progresivamente líneas de alta, media y baja tensión, en función de su criticidad.
- Priorización de zonas críticas: hospitales, emergencias, estaciones de bombeo o centros de datos son los primeros en recuperar la electricidad.
- Reenganche por bloques: se van sumando zonas residenciales y empresariales conforme se estabiliza la frecuencia y la tensión.
Este enfoque escalonado busca evitar sobrecargas, preservar la integridad del sistema y evitar un nuevo colapso durante la recuperación.
¿Cuánto se tarda en restablecer el suministro tras un cero energético?
La duración del restablecimiento varía en función de múltiples factores:
- Gravedad del evento: cuanto mayor el número de infraestructuras afectadas, más lento el proceso.
- Coordinación entre agentes: la respuesta de los centros de control y su capacidad de actuación en tiempo real son clave.
- Disponibilidad de sistemas de respaldo: desde generación distribuida hasta microredes y, muy especialmente, sistema de almacenamiento energético*, se convierten en recursos de apoyo que aceleran la recuperación.
*Gracias al almacenamiento se logra conservar la energía eléctrica generada sobrante para liberarla cuando se requiera. Es decir, para suministrar electricidad, cuando se genere una demanda del mercado en momentos de baja producción.
En el caso del apagón del 28 de abril, el suministro se fue normalizando en algunas ciudades a partir de las cuatro de la tarde, como Ourense, Salamanca o León. Sin embargo, hubo otras que permanecieron sin electricidad durante incluso más de doce horas como fue el caso de Granada.
En Cuerva, no solo comprendemos la importancia del almacenamiento de energía en la transición energética, sino que ofrecemos servicios y soluciones inteligentes adaptadas tanto a entornos industriales como a plantas de generación energética. Nuestro enfoque combina innovación, eficiencia y sostenibilidad para maximizar el aprovechamiento de la energía en cada etapa del proceso. Si quieres conocer cómo podríamos ayudarte a optimizar tu gestión energética actual, contacta con nosotros.
El papel de las distribuidoras eléctricas, como Cuerva (Distribución)
Las distribuidoras eléctricas son un eslabón esencial en la recuperación tras un cero energético. Desde Cuerva, a través de todo el equipo del área de distribución eléctrica (Distribuidora Eléctrica Bermejales, Eléctrica Guadalfeo, Hidroeléctrica San Buenaventura y Eléctrica San Gregorio), nuestras responsabilidades se centran en tres áreas clave:
- Monitorización y respuesta técnica. Nuestros equipos técnicos operan en coordinación con el operador de red nacional, en este caso Red Eléctrica de España, para aplicar los protocolos de restablecimiento, verificar instalaciones y actuar sobre el terreno allí donde sea necesario.
- Comunicación con usuarios y clientes. Informar a los clientes de nuestras zonas de distribución, operadores de infraestructuras y administraciones es prioritario. Usamos canales digitales, notificaciones y plataformas integradas para mantener actualizados los tiempos estimados de recuperación (si los hubiera).
- Transparencia en medios y organismos. Durante un cero energético, también es fundamental explicar a la ciudadanía qué ha ocurrido, qué se está haciendo y qué pueden esperar, siempre y cuando los medios de comunicación pertinentes estén disponibles. Este ejercicio de pedagogía energética refuerza la confianza en el sistema.
Conclusión: anticiparse es clave para la resiliencia energética
El cero energético es un recordatorio de la complejidad e interdependencia del sistema eléctrico moderno. Aunque es muy poco común que ocurra, su impacto es alto y obliga a reforzar la planificación, digitalización y ciberseguridad de nuestras redes.
Desde Cuerva, apostamos por soluciones que mejoran la capacidad de respuesta del sistema: redes inteligentes, sistemas de almacenamiento, generación distribuida o soluciones de autoconsumo. Invertir en estos recursos no solo reduce la probabilidad de apagones, sino que permite una vuelta a la normalidad más rápida y segura.
En un escenario cada vez más electrificado y descentralizado, la resiliencia ya no es opcional: es la base de un modelo energético sostenible y robusto.
