Blockchain en el sector eléctrico: un cambio en la forma en la que nos relacionamos con la energía

Los avances tecnológicos aplicados a las renovables están multiplicando su crecimiento y abaratando los costes de generación y distribución energéticos. Siendo cada vez más automatizada, inteligente y transformadora, gracias al uso de innovaciones como el blockchain en el sector eléctrico, esta industria está en una situación inmejorable para acelerar la descarbonización de la economía.

Al igual que internet cambió nuestra forma de comunicarnos y compartir información, el blockchain también está llamado a revolucionar el modo en el que nos relacionamos con la energía. Su capacidad para generar, gestionar, distribuir y consumir energías verdes de una forma descentralizada, transparente y más eficiente nos ofrece muchas posibilidades de actuación.

El potencial disruptivo del blockchain es enorme y, enmarcados como estamos en un periodo de transición energética, debemos aprovechar todas sus ventajas para lograr un sistema eléctrico más inteligente, digitalizado y descarbonizado, pero también más justo para todos los consumidores. ¿Cómo ayuda el blockchain a conseguirlo?

Qué es la tecnología blockchain y cómo funciona

La tecnología blockchain, también conocida como cadena de bloques, funciona como una base de datos compartida con una gran cantidad de usuarios donde se almacena información de forma inmutable y ordenada. Cada bloque contiene un conjunto de datos que se enlazan con el bloque anterior mediante una firma criptográfica, lo que garantiza la integridad y la trazabilidad de la información.

Funciona, en cierto modo, como un libro compartido en el que cada movimiento o nueva información son registrados y verificados por todos los participantes desde diferentes ordenadores (nodos). Al estar controlado por la comunidad y requerir la aprobación de todos los miembros, se evita la manipulación de los datos y se garantiza la seguridad de los mismos.

De este modo, la descentralización es una de las características principales que definen al blockchain: no hay una autoridad que controle el sistema. Como ya hemos mencionado, todos los participantes deben revisar cada actualización, lo que propicia la inmutabilidad de los datos. Y es que, una vez que ha sido aprobada una información (agregación de un bloque), esta no puede ser modificada ni eliminada.

Presente en numerosos sectores

La seguridad, transparencia y descentralización que ofrece a la hora de trabajar con datos y transacciones han hecho que el blockchain esté presente en numerosos sectores. Criptomonedas y finanzas, medicina y salud, inmobiliaria, juegos y entrenamiento, cultura o logística son solo algunas de las industrias donde su aplicación ya es una realidad.

Los desafíos a los que nos enfrentamos desde el sector eléctrico, que no son pocos, deben hacernos reflexionar sobre la idoneidad de implementar esta tecnología en la industria, con el objetivo de encontrar soluciones innovadoras que nos permitan desarrollar y acelerar un nuevo modelo energético más justo y sostenible.

Menos dependencia de los combustibles fósiles, integración de las energías renovables, apuesta por el autoconsumo y la descentralización, mejora de la red de infraestructuras energéticas, una mayor digitalización, o la propia electrificación del transporte, son solo algunos de los retos actuales en los que el blockchain va a jugar un papel trascendental.

De hecho, ya lo ha demostrado en algunos casos, revelándose como una innovación clave para promover el nuevo modelo energético definido por «Las cuatro D’s»: descarbonizado, descentralizado, democratizado y digitalizado.

Revolucionar la gestión y la distribución de energía

La aplicación del blockchain en el mercado de la energía eléctrica es una tendencia incipiente, pero su desarrollo se está acelerando gracias a la combinación con otras tecnologías de vanguardia como la automatización, Inteligencia Artificial (IA), Big Data, Internet de las Cosas (IoT) y robotización. Esta combinación es la que, precisamente, está provocando esta revolución en la forma de gestionar y distribuir la energía de la que hablábamos al principio de este artículo.

En este sentido, el informe Blockchain Technology for the Energy Sector identifica ocho tipos de escenarios donde esta tecnología está impactando de manera decisiva. Entre estos, se encuentran los modelos Peer to Peer (P2P), la flexibilidad del sistema, la creación de mercados locales de energía, la gestión y respuesta a la demanda y el comercio energéticos, el impulso de las energías limpias, así como la gestión de la red y la recarga de vehículos. ¿Qué puede aportar el blockchain en estas áreas?

Trazabilidad, integridad de los datos y confianza

Con el blockchain, el sector eléctrico acelera y automatiza la certificación de energía renovable, garantizando, en tiempo real, que la energía suministrada y consumida es 100% verde. En los contratos de compraventa de energía a largo plazo, en los que es necesario acreditar su procedencia “limpia”, la tecnología blockchain es crucial para garantizar el origen.

Generación distribuida y participación activa de los consumidores

La generación distribuida o descentralizada consiste en producir energía renovable mediante pequeñas fuentes de producción instaladas cerca de los puntos de consumo. El futuro del sector pasa por este modelo, donde los propios consumidores se convierten en productores (prosumidores), mientras las grandes centrales pierden su posición de dominio.

Gracias a iniciativas basadas en modelos «Peer to Peer» y a la creación de microgrids, varias personas pueden unirse y crear una red propia (ya sea parcial o totalmente independiente de la red central) con la que administrar el flujo energético de forma integral y autónoma.

En estas microgrids, la tecnología blockchain se está utilizando para registrar y seguir en tiempo real toda la información relacionada con la generación y distribución de la energía eléctrica, así como las transacciones realizadas entre los participantes. Con la calidad de los datos y su trazabilidad, conseguimos, además, una gestión más eficiente y más resiliente para hacer frente a interrupciones en la red eléctrica principal.

Precisamente, desde Cuerva estamos colaborando en el desarrollo de una arquitectura blockchain dentro del proyecto de investigación y desarrollo CERFlex, con la que queremos impulsar la gestión energética descentralizada en el ámbito rural por medio de comunidades energéticas que aprovechen al máximo los recursos que aportan las nuevas tecnologías, como el propio blockchain y la inteligencia artificial, entre otras.

Gestión de la demanda y respuesta a la demanda

Los datos registrados en cada bloque de blockchain mejoran la gestión energética, tanto desde el punto de vista de la generación como de la demanda. La información es poder, y tenerla en tiempo real nos ayuda a conseguir un equilibrio entre la generación y el consumo. Asimismo, y al haber una mayor autonomía y menos intermediarios, las transacciones directas de energía entre los usuarios se agilizan, los tiempos de suministro se reducen y los costes disminuyen.

Contratos inteligentes

Los contratos inteligentes basados en blockchain están revolucionando el sector energético de varias maneras. Por un lado, permiten la compraventa automática de energía al ejecutarse de forma inmediata cuando cumplen las condiciones estipuladas en el documento. Por el otro, se automatizan los pagos cuando se entrega y verifica la energía, lo que también podría llegar a automatizar procesos como la recarga de vehículos eléctricos.

Desafíos y consideraciones futuras

Como hemos visto, la tecnología blockchain en el sector eléctrico se está revelando como una solución muy eficiente para acelerar el proceso de descarbonización de la economía al aportar trazabilidad, seguridad y rapidez a las transacciones. Favorece que el suministro verde de energía sea más eficiente, flexible y transparente, incentivando la producción y el consumo de energía 100% renovable.

Sin ninguna duda, la aplicación del blockchain en el sistema energético ayudará a consolidar un nuevo modelo energético. Sin embargo, no todo es tan bonito como muchas veces lo pintamos. «No hay rosa sin espinas», dice el refranero español, y la adopción generalizada de blockchain en el sector eléctrico aún tiene varios obstáculos que superar. Entre estos, destacan la falta de estándares comunes en la industria y la escalabilidad.

De ahí que, en los próximos años, tengamos que seguir avanzando hacia el desarrollo, consolidación y adopción de nuevos protocolos estandarizados que sean replicables con facilidad, algo que deberá ir unido a un marco regulatorio que incentive la colaboración e innovación entre investigadores, empresas, startups y reguladores.

Solo de este modo conseguiremos que el blockchain reconfigure por completo la forma en que producimos, distribuimos y consumimos energía para lograr un futuro energético verdaderamente inteligente, donde los consumidores sean productores y consumidores al mismo tiempo. En definitiva, un futuro donde la energía fluya eficientemente entre iguales y un futuro más limpio, justo y sostenible basado en la confianza, la transparencia y la colaboración. Todo esto está a nuestro alcance. ¿Estamos preparados para dar el paso?